El Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE) lanzó una Red de Observatorios Laborales para distintas regiones del país. Estas plataformas virtuales con información sobre número de trabajadores en distintas ocupaciones, salarios promedios, edades de los ocupados, y porcentaje de mujeres, entre otros datos, buscan, según establece su misión, “producir conocimiento sobre las brechas existentes entre oferta y demanda de ocupaciones en el mercado del trabajo “.
Respecto de este último punto, son varias las brechas que llaman la atención. Una de las más importantes dice relación con aquella entre el nivel educacional promedio de las mujeres y los salarios a los que acceden. Según la encuesta Casen 2015, hombres y mujeres tienen niveles educacionales similares. El 30,3% de los hombres y el 30,4% de las mujeres tienen educación media completa. El 20,3% de los hombres y el 19,3% de las mujeres tienen educación superior completa. Los años promedio de escolaridad de personas de 15 años o más son similares entre hombres y mujeres (11,2 y 10,9 respectivamente). A partir de estos datos, podría pensarse que no debiese haber una brecha importante en el acceso de hombres y mujeres a ocupaciones con mayores niveles de escolaridad promedio y por ende, mayores ingresos.
Y sin embargo, los datos del observatorio revelan la existencia de importantes brechas de género. Al ordenar las ocupaciones de la región metropolitana según el ingreso promedio, se observa que mientras solo 54.847 mujeres trabajan en alguna de las 10 ocupaciones con mayores ingresos, 411.996 trabajan en alguna de las 10 con peores ingresos. Esto es, 34% del total de ocupados de las 10 ocupaciones con mayores ingresos son mujeres contra un 82% en el caso de las 10 con menores ingresos.
Más aun, al observar las ocupaciones que concentran la mayor cantidad de trabajadores en la región, se constata que, en 9 de 10, las mujeres ganan menos que los hombres. Esto es, trabajan en lo mismo pero ganan menos. Estas diferencias se observan tanto en ocupaciones con bajos niveles promedio de calificación, como es el caso de los vendedores de quioscos y puestos de mercado, como en aquellas con mayores años de escolaridad como ocurre entre gerentes de comercios mayoristas y minoristas. En este último caso, la brecha de salarios llega a un 109% ¡Los gerentes ganan en promedio más del doble que las gerentas!
¿Dónde está el origen de estas brechas? ¿Por qué para las mujeres estudiar más tiene un efecto menos directo sobre las ocupaciones y los salarios que para los hombres? Las respuestas a estas preguntas deben buscarse en la organización del mercado laboral, en la cultura de las empresas y en la manera de cómo se distribuyen las tareas del hogar, entre muchas otras variables que pudieran estar en el origen en estas diferencias. Algunos estudios en los que estamos trabajando en Espacio Público entregan algunas luces al respecto.
Las altas tasas de embarazo adolescente que llevan a las mujeres jóvenes a dejar sus estudios y postergar su ingreso al mercado laboral, los factores institucionales, sociales y culturales que afectan las elecciones vocacionales de las mujeres que tienden a preferir carreras del sector servicios -peor remuneradas- que las del sector manufacturero, son algunos temas a tener en consideración.
Iniciativas como las de este observatorio entregan información relevante para el diseño de políticas públicas que permitan igualar, de manera efectiva, las oportunidades para hombres y mujeres.