«Datos abiertos para el manejo de la crisis»
11 de abril de 2020
En una crisis, el manejo de información es clave: lo más relevante es, dijo una vez Leonard Saffir, ex vicepresidente de la empresa de relaciones públicas Porter Novelli, ser rápido con la entrega de datos duros y lento con las culpas.
Sin duda, especialmente ahora, la transparencia frente a la crisis y su manejo crea confianza, calma a las personas, da perspectiva a los inversionistas y alínea el actuar ciudadano. Permitiría la creación de análisis, modelos y soluciones tecnológicas desde la academia, ONGs, cientistas de datos y empresas. Así, la transparencia funciona como un oxígeno.
Durante una crisis, también es el momento para sumar y trabajar unidos, como dijo Leonard Saffir. Teniendo esa voluntad, ello igual resulta difícil, dado que el gobierno no comparte datos relevantes sobre la pandemia. Es cierto que la mesa de datos Covid-19 publicó primeros reportes con datos agregados y que anunció que está trabajando también en la calidad de la información. Siendo ello muy positivo, también recomendamos que pronto pudiera empezar a trabajar de forma más participativa y transparente, dando luces sobre qué data sets se transparentarán y cuáles no, cuándo se subirán y, ante todo, cuán participativo se va a manejar el proceso. ¿Se incorporarán a expertos sanitarios, de transparencia y análisis de datos en dicha mesa, y se iniciará un proceso de recopilación de recomendaciones con terceros?
En definitiva, proponemos contar a la brevedad con un conjunto de datos más detallados que aseguren información suficiente para dar cuenta de la situación de la epidemia en el país, junto con tener reportes sobre la calidad de estos datos y los respectivos métodos de recolección. Proponemos también accesos a bases de datos que contienen datos por persona testeada, contagiada o fallecida, con encriptación de datos sensibles. Hoy, por ejemplo, se desconoce información básica sobre los testeos, siendo estos cruciales para entender la mortalidad y poder contener el contagio a personas vulnerables. ¿A quiénes se hacen los testeos? ¿Cuál es la metodología para medir también a personas sin síntomas? Tampoco contamos con datos oportunos acerca de la mortalidad histórica en Chile, tal como lo entrega -por ejemplo- la plataforma EuroMomo para los países de Europa. Sobre los fallecimientos, proponemos publicar información -en formato de datos- no solo sobre la evolución históricos, o diagnósticos previos, sino también acerca de los tratamientos que podrían haber recibido en el sistema de salud. Lo anterior es importante, por ejemplo, para monitorear los riesgos asociados al uso exesivo de ventiladores que podrían ocurrir en casos de saturación de los sistemas de salud.
Proponemos también que en materia transparencia no solo se avance acerca de datos sets en materia salud, sino tambien acerca del gasto público adicional para el manejo de la crisis, incluyendo por ejemplo protocolos con la estrategia de precios que se pagarían al sector privado. Por último, y dado que la atención de la ciudadanía ya está centrada en la pregunta cuándo volver a la “normalidad”, recomendamos disponibilizar también en un horizonte cercano de información sobre la estrategia de normalización en nuestro país, con benchmarks medibles.
Dicho eso, más importante aun será que el gobierno pudiera ojalá pronto dar señales de querer enfrentar la transparencia acerca de la pandemia de forma colaborativa. Sin duda, también debe tener desafíos técnicos y administrativos a resolver, lo que implica que los avances en transparencia solo se podrán dar paso a paso. Entendiendo ello, es importante construir más confianza entre todos los actores, en base a la certeza de que habrá una estrategia de datos que sea clara y reconocible para todos, y que se hace cargo de las necesidades de los usuarios.