La delincuencia organizada crece rápidamente en Chile. Como consecuencia, el país está perdiendo su reputación de ser uno de los más seguros de América Latina. Analizando la situación del país, el Presidente Gabriel Boric firmó una ley por la que se crea el Ministerio de Seguridad Pública. La población local está preocupada por lo que está ocurriendo. Muchos chilenos admiten que no se sienten protegidos y se ven obligados a cambiar su modo de vida.

Hace diez años, Chile tenía una de las tasas de homicidio más bajas de la región: 2,5 por cada 100.000 habitantes. Argentina, Costa Rica y Uruguay tenían tasas similares. Estas son las cifras citadas por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Desde 2012, la tasa de homicidios del país comenzó a subir. Para 2022, alcanzó 6,74 homicidios por cada 100.000 habitantes. Cabe destacar que este indicador aún no supera los valores estadísticos promedio de América, donde el número de homicidios por cada 100 mil habitantes alcanza los 15.

 

¿Cuál podría ser la causa?

Los altos índices de delincuencia pueden estar relacionados con la desigualdad social o la inestabilidad económica. El aumento de la popularidad de los juegos de azar también puede citarse como causa. Para muchos, este tipo de entretenimiento se ha convertido en una alternativa a los videojuegos. Sobre todo si se trata de emocionantes máquinas recreativas como el popular Plinko. Para empezar a jugar, basta con sentarse delante de un PC o tomar el teléfono celular. Después, hay que elegir un casino, a lo que ayuda el líder de búsquedas PlayPlinko, que proporciona información actualizada. Tal simplicidad atrae a miles de personas, y para muchos, tal entretenimiento no es perjudicial. Pero hay un pequeño porcentaje de personas que puede sufrir ludomanía e incluso llegar a delinquir para financiar su adicción.

Crimen organizado

Las autoridades chilenas creen que el aumento de la delincuencia en el país está relacionado con ciertas bandas, entre ellas El Tren de Aragua, de Venezuela, y Los Pulpos, de Perú. Los miembros de estas bandas han sido declarados culpables de secuestros, tráfico de drogas, asesinatos por encargo y otros delitos graves.

Según el subsecretario del Interior, Luis Cordero, antes en Chile no existían organizaciones criminales de este tipo. Procedían de otras partes de América Latina. Lo que les distingue de los grupos delictivos locales es su excesiva crueldad, falta de piedad y agresividad. Los miembros de las bandas pueden atacar a una persona pacífica en plena calle, amenazándola con una pistola. En cualquier momento están dispuestos a disparar sin preocuparse de las consecuencias.

 

Las prioridades cambian

El auge del crimen organizado ha puesto al descubierto la situación real de Chile. Resultó que no había una fuerza policial preparada para enfrentarse a las bandas que se estaban apoderando de barrios enteros. Según Jorge Araya, ex director del Departamento de Seguridad Pública del Ministerio del Interior, el país siempre se ha considerado uno de los más seguros, por lo que se ha prestado poca atención al desarrollo de las instituciones de seguridad y justicia.

El gobierno, viendo el pánico de la población local, aprobó una ley por la que se crea el Ministerio de Seguridad Pública. Ha sido el primer paso de una estrategia encaminada a crear un Estado más fuerte y herramientas fiables para luchar contra la delincuencia y la violencia. Las estadísticas muestran que, hasta la fecha, el número de homicidios en Chile ha comenzado a disminuir. Mientras que en 2022 hubo 1.330 casos, en 2023 son 1.248 casos. Sin embargo, estas cifras siguen siendo escandalosas y peligrosas para un país con una población de unos 20 millones de habitantes.