La democracia involucra instituciones que regulan espacios de la vida en sociedad y reglas para acceder al poder; pero, además de las leyes, la convivencia democrática involucra adherencia a normas no escritas como el respeto mutuo y el resguardo de las instituciones. El respeto mutuo implica reconocer que posiciones diferentes a las nuestras son legítimas y quienes las sostienen no son nuestros enemigos; resguardamos las instituciones evitando acciones que vulneren su espíritu y el de la democracia. Ambos principios se han visto socavados estos últimos meses en múltiples ocasiones, afectando esta última semana a una integrante de nuestro directorio: la jueza Karen Atala.
Las discrepancias ante un fallo dejaron de lado lo jurídico y se volvieron personales, llenando las redes sociales de mentiras, descalificaciones, insultos e incluso amenazas a ella y su familia en las que filtraron su dirección; desde la polarización imperante algunos olvidaron que la independencia del Poder Judicial es una institucionalidad indispensable para la vida democrática y exigieron un fallo a la medida de sus convicciones.
En Fundación Iguales luchamos por generar cambios sociales que permitan que las personas de la diversidad sexual y de género podamos desarrollar nuestros proyectos de vida con mayor libertad y en igualdad de dignidad y derechos. Somos conscientes de que estos avances civilizatorios son posibles y sostenibles en el tiempo solo en democracia. En momentos de extremas tensiones como los que vivimos, respaldamos a nuestra directora y su independencia para ejercer como jueza.