Debatamos con datos: análisis y reflexiones a partir de los resultados de la Enusc 2023
20 de August de 2024
En días recientes se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc) del año 2023. Se trata del instrumento de medición del delito de mayor cobertura, representatividad y relevancia en el país y que se viene ejecutando en forma anual e ininterrumpida desde el año 2005.
Llama la atención la poca cobertura que ha tenido en los medios a pesar de la enorme importancia de la información que contiene, especialmente en comparación con la cantidad de publicaciones que a diario se realizan en temas de seguridad y el hecho de que este sea considerado como una de las principales preocupaciones ciudadanas. Pareciera que en seguridad importa más la anécdota o los análisis estridentes que el dato riguroso.
La Enusc, en su parte central, es una encuesta de victimización. Esto es, se le pregunta a los encuestados si ellos o alguien de su hogar fue víctima de alguno de los delitos que se le especifican en un listado en el período de 12 meses antes de la encuesta. Este método permite tener una visión más cercana a la cifra real de los delitos cometidos en el período en comparación con las cifras policiales que habitualmente se utilizan en el debate público. La razón es que una fracción menor de los delitos cometidos son denunciados por las víctimas y, en consecuencia, conocidos por las policías o los fiscales. Por ejemplo, la misma encuesta nos muestra que solo un 20,8% de los hurtos fueron denunciados, es decir, casi un 80% no ingresan a las estadísticas policiales o del Ministerio Público. En el otro extremo, en los robos de vehículos la tasa de denuncia fue de 91,4%.
Este año la Enusc introdujo varios cambios y actualizaciones. Por de pronto, se incrementó su cobertura de 102 a 136 comunas y aumentó el número de hogares encuestados a casi 50 mil (más del doble que mediciones anteriores). Esto permite tener información de mucho mayor calidad y con representatividad a nivel comunal. También se actualizaron los delitos incluidos en la encuesta. Así, además, de los denominados de mayor connotación social incluidos previamente (robos de distinto tipos, hurtos, lesiones y agresiones), se agregaron nuevas figuras de delitos violentos no incluidas en las categorías de robos, como la extorsión y amenazas violentas, y se incluyeron otros no cubiertos en tal categoría, por ejemplo, los ciberdelitos y los delitos económicos.
En consecuencia, la Enusc actual incorpora más delitos y tiene mejor cobertura y representatividad que sus versiones previas. Esto es una buena noticia para las políticas públicas en el área de la seguridad, ya que permitirá tener información más fina de diagnóstico que la disponible hasta ahora. Por cierto, necesitaremos que transcurran algunos años para que estos datos nos puedan reflejar cambios en el tiempo, ya que en varios de ellos no contamos con una línea de base ni menos con una serie de tiempo que provenga del instrumento anterior. Sin embargo, en algunas materias, como la tasa de victimización por delitos de mayor connotación social y la percepción de aumento del delito, se mantuvo una contabilidad con los parámetros previos de manera de asegurar una comparabilidad en algunos datos estructurales.
En materia de resultados, la encuesta nos arroja que la tasa de victimización en delitos de mayor connotación social fue de 21,7%, esto es, un 0,1% menos que el año 2022. Se trata de una cifra que da cuenta de una estabilización de la criminalidad en este tipo de delitos, pero en el rango más bajo medido desde el 2005. En efecto, vistos estos resultados en su serie completa, se trata —descontando los años 2020 y 2021, afectados por la pandemia— de la tasa más baja de victimización que hemos tenido en el país. Por ejemplo, en el 2019 ella era de 23,6% y el 2018 de 25,4%. Por su parte, al inicio de la medición en el año 2005, la tasa fue de 38,3%. Por cierto, estos son promedios nacionales y la tasa presenta variaciones importantes a nivel regional y por categorías específicas de delito. La buena nueva es que ahora podremos incluso ver cómo esas diferencias se presentan a nivel comunal.
La estabilización de la tasa de victimización debiera ser visto como una buena noticia. Al menos para un grupo importante de delitos, no se estaría experimentando un alza y nos mantendríamos en un rango bajo. No se trata, por otra parte, de delitos menores o que no le importen a la ciudadanía, como a veces se sostiene. Por cierto, es necesario hacer análisis más profundos distinguiendo dentro de categorías de delitos de mayor connotación social.
Esta estabilización es consistente también con lo ocurrido en el año 2023 en delitos no medidos por la Enusc y que son de alta preocupación ciudadana. Así, tratándose de delitos de homicidios, según el informe del Centro para la Prevención de Homicidios y Delitos Violentos, el año 2023 se habrían cometido 1.248 (6,3 por cada 100 mil habitantes) y, en 2022 fueron 1.330 (6,7 por cada 100 mil habitantes). En materia de secuestros, los datos del Ministerio Público muestran que en 2023 se registraron 850 delitos de ese tipo y el 2022 fueron 826. Quizás la principal diferencia entre estos delitos y los de mayor connotación social es que la estabilización en ellos se produce en los rangos más altos registrados y no en los más bajos, como los medidos en la encuesta. En este escenario, la estabilización en estas categorías no puede ser leída simplemente como una buena noticia, sino como un enorme desafío pendiente de intentar volver a cifras como las que teníamos tan solo hace siete u ocho años atrás (por ejemplo, con 4,6 homicidios por 100 mil habitantes y 381 secuestros en el año 2017).
En materia de percepción del aumento de delincuencia, un 87,6% estima que ella se incrementó en el país en los 12 meses anteriores (también un 76,4% y un 54,3% en su comuna y en su barrio, respectivamente). Se trata de una cifra muy alta, aun cuando con una disminución respecto a 2022 (90,6%). Nuevamente la baja es una buena noticia, pero que no da mucho pie para celebrar debido al alto nivel de percepción existente. La percepción sobre la delincuencia es un fenómeno muy importante, ya que ayuda a moldear conductas, como, por ejemplo, dejar de hacer ciertas cosas de noche o caminar por ciertos lugares, todo lo que deteriora la calidad de vida de las personas. El instrumento tiene muy interesante información sobre esto y muestra cómo, en general, estas limitaciones afectan mucho más a las mujeres, las que también tienen mayores niveles de percepción de aumento del delito. Por cierto, también se presentan diferencias importantes por estratos socioeconómicos, siendo los más afectados los de estratos bajos.
Un tema en donde se ha perdido comparabilidad, al menos en la presentación general de los resultados, es en materia de índice de denuncias. La Enusc 2023 contiene información para delitos violentos, en los que la tasa de denuncias es de 47,5% de los delitos cometidos. En los instrumentos previos se medía esta tasa tratándose de los delitos de mayor connotación social y el año 2022 llegó a 35,5%. En principio, esta alza podría leer como una buena noticia. Con todo, como la actual encuesta mide este indicador en delitos más graves (todos violentos), se esperaría que el aumento fuera mucho más significativo. El que más de la mitad de los delitos violentos medidos no sea denunciado es preocupante. La evidencia muestra que los sistemas de justicia criminal tienen serios problemas para tomar conocimiento de los delitos y luego esclarecerlos si ellos no han sido denunciados. Su capacidad para, de manera autónoma saber su existencia y aclararlos, por ejemplo, en robos, es bajísima.
Es imposible en una columna como esta abordar todos los temas incluidos en la Enusc y sus bases de datos. Hay mucha información muy rica desagregada por tipos de delitos, sexo, edad, situación socioeconómica, entre otros elementos, que vale la pena ver con detención. También el instrumento contiene información novedosa sobre conductas delictivas e incivilidades observadas en los barrios que ayudan a tener una imagen más precisa acerca de cómo se experimentan diversos fenómenos asociados a la criminalidad en la realidad de los barrios.
Es de esperar que los datos que aporta la Enusc puedan ser utilizados con más frecuencia y profundidad en el debate público y en la elaboración de proyectos de ley y políticas públicas en materia de seguridad. En todos estos ámbitos muchas veces se echan de menos fundamentos sólidos para avanzar con propuestas que tengan capacidad real de resolver los problemas que hoy enfrentamos en materia de seguridad y delincuencia.