A fin de mes, el Senado deberá designar, de la propuesta que le haga la Comisión de Derechos Humanos, a la primera persona que ejercerá como Defensor de la Niñez. Se trata de una nueva figura que promoverá los derechos de los niños y podrá presentar querellas por crímenes o delitos contra éstos, cuando se trate de hechos graves. Además tiene autonomía del gobierno de turno.
La ley que crea esta institución contempla ciertas características que debe cumplir la persona que la dirija, como poseer una trayectoria de a lo menos diez años en el ámbito de los derechos humanos o en la defensa de los derechos de los niños. Asimismo, señala que la Comisión de Derechos Humanos del Senado, en el proceso de nominación, debe regirse por los principios de publicidad, transparencia, idoneidad, de no discriminación arbitraria y oír a todos los postulantes.
La sociedad civil que promueve los derechos de la infancia se ha organizado en torno a este primer nombramiento y ha solicitado que se haga un proceso de selección para que se cuente con los profesionales más idóneos en un tema tan relevante y que ha sacudido a la opinión pública por una serie de vulneraciones de derechos que ha implicado la muerte de niños y niñas bajo la protección del Sename.
De este modo, se abre una posibilidad para que el Congreso supere ciertas deficiencias que ha habido en nombramientos anteriores de órganos autónomos, para que se trate de un real proceso participativo, que se realice de cara a la ciudadanía, dejando atrás la lógica del cuoteo político.
Si bien ya se han hecho ciertos perfeccionamientos, como incluir al Sename en la ley del servicio civil y de Alta Dirección Pública, estamos frente a una gran oportunidad de involucrar a la academia y sociedad civil que trabaja en los temas de infancia en este proceso y dar señales claras a la ciudadanía de que el interés superior de nuestros niños está por sobre las afinidades políticas.