Los cambios a las reglas de campañas electorales incluyeron la obligación de los candidatos a inscribir un programa de Gobierno. Este avance no es menor, pues por mucho tiempo en nuestro país los períodos de campaña han sido un intercambio de eslóganes estudiados y fotos de aspirantes sonrientes. El debate político, el de proyectos de país, la discusión sobre políticas públicas, el establecimiento de prioridades de un eventual gobierno, quedaba reservado sólo para reaccionar a preguntas en foros y debates. Este cambio, el de inscribir junto a la candidatura un programa de gobierno, es un buen punto de partida para modificar la forma en la que como país hemos venido haciendo las cosas en política. Sus efectos no son inmediatos, porque como todo punto de partida todavía hay mucho que caminar. Y ojo, ese tránsito no sólo deben hacerlo los candidatos o partidos políticos, también la prensa y los ciudadanos. La prensa debe dar importancia a los contenidos generados en estos documentos, contrastar sus planteamientos con los que los candidatos hacen verbalmente, indagar en su plausibilidad, en experiencias internacionales y en su costo, entre otras posibles fuentes de noticias que estos programas pueden significar. Por otra parte, los ciudadanos y ciudadanas tenemos la responsabilidad de considerar los programas también para discutir las propuestas de políticas públicas que ahí se contienen, contrastarlas con nuestra experiencia cotidiana y nuestras expectativas. Aprovechar los programas para opinar con fundamentos sobre los candidatos, más allá del “me tinca” o “me cae bien” que pueda generarnos algún personaje en particular. Algunos documentos son largos, es cierto, pero al menos se podrían revisar los temas que nos interesan, o que más nos afectan. Yo voy a descargarlos del sitio web servel.cl y estudiarlos principalmente preocupado de los temas de corrupción, educación y transporte, que son los temas que más preocupan o afectan, ¿y usted?