Hemos recibido con satisfacción la noticia del Presidente de Colombia, Iván Duque, de la pronta firma de Colombia del Convenio de Escazú.
Colombia adoptó el Tratado de Escazú el 4 de marzo del 2018 y hasta la fecha no lo había firmado. Son dos los elementos que han llevado a un cambio positivo y reconocido por los distintos actores de ese país. El primero es el estallido social que se inició un mes después del nuestro. El Presidente Duque convocó a diversos espacios de diálogo formales, entre ellos la Mesa Ambiental que abordó propuestas al gobierno, específicamente la petición que Colombia firmara Escazú, entendiendo que al igual que en Chile, la crisis social es también ambiental.
El segundo elemento es el desarrollo de la COP25 donde los jefes de Estado tienen la oportunidad para demostrar con acciones concretas su voluntad política de abordar la crisis climática. Ahora es el turno de Chile. Nuestro país adoptó el Tratado de Escazú, pero aún no lo ha firmado. En el marco de su Presidencia de la COP25, el Presidente Piñera tiene una gran oportunidad de escuchar a la ciudadanía firmando el Convenio.
La encuesta Espacio Público– IPSOS indicó que el 50% de las personas cree que la característica más importante de un líder en tiempos de crisis es tener empatía. Firmar Escazú sería una señal clara de empatía frente a todas las personas que sufren por vivir en zonas de sacrificio, respirar aire contaminado, ser amenazadas por proteger el medio ambiente, y ser víctimas de la crisis hídrica, entre otras cargas ambientales. Seremos los primeros en reconocer que el gobierno toma el camino correcto si firma Escazú.