Las buenas y malas noticias del Índice de Paz Ciudadana 2022
7 de November de 2022
En estos días se dieron a conocer los resultados de la encuesta que produce anualmente la Fundación Paz Ciudadana, conocida como Índice Paz Ciudadana, que entre varios temas aporta datos sobre victimización y percepciones de temor de la gente. El Índice se viene realizando desde el año 2000 por lo que acumula una serie de tiempo importante que permite ver los resultados de un año en un contexto mucho mayor. Como en otras ocasiones, varios de sus resultados han generado mucha atención en los medios de comunicación. En esta columna quiero abordar lo que considero es una buena noticia que surge de sus resultados, dos malas e identificar un par de temas que me parece hay que seguir observando en el tiempo para hacer un juicio más definitivo.
Parto con la buena noticia. El Índice nos muestra que la tasa de victimización de hogares en los delitos de robo (e intento de robo) se mantuvo estable en comparación con la medición del año 2021, llegando a un 32,7% (el 2021 había sido 31,6%) y se mantiene dentro de los rangos más bajos de la seria en los últimos 20 años. Esto es, además, consistente con los resultados de la ENUSC de este mismo año (la que incluso mostró una baja, pero midiendo lo que ocurrió fundamentalmente el año 2021 e incluyendo a otras categorías de delito en la medición como los hurtos y las lesiones). Se suma a lo anterior una baja muy significativa en la tasa de revictimización (haber sido víctima de robo más de una vez en el período) de un 19,2% a un 13,2%, siendo la más baja en más de 10 años.
Para calibrar la buena noticia es necesario tener presente que el Índice registra eventos ocurridos fundamentalmente desde marzo de 2022 en adelante, con lo cual entrega una visión muy actualizada de lo que estaría pasando. Ello es relevante ya que se especulaba que las bajas que experimentó la victimización el 2020 y el 2021 podían revertirse este año al haberse limitado las restricciones de la pandemia, lo que especialmente podría incidir en aumento de delitos como los robos. Por cierto, el Índice no mide la victimización en otras figuras delictivas que podrían haber aumentado, pero al menos en los robos que suelen representar ingresos masivos del sistema y constituir, además, delitos que generan gran preocupación, es una muy buena cosa que se hayan mantenido en tasas bajas en la serie y estables. Los mismo con la baja de la revictimización.
A nivel de malas noticias me gustaría destacar dos. La primera es el aumento significativo del índice de temor, subiendo el temor alto de un 20,4% el año 2021 a un 28% el 2022, siendo también el más elevado desde que se realiza este estudio. Más allá de las razones que explican el desacople entre la victimización (de robos) y la percepción de temor (tema que el Índice no aborda) sobre las que se ha especulado en estos días, pongo énfasis en que esta percepción es un indicador preocupante ya que representa, en la práctica, una pérdida en la calidad de vida de las personas. Como arroja otras preguntas de la encuesta, a partir del temor las personas adoptan conductas de protección de diverso tipo que incluyen dejar de realizar actividades o de visitar lugares. Entonces, independiente de la necesidad de entender mejor el porqué se ha disparado tanto el alto temor, es importante abordar este tema considerando las implicancias que tiene en la vida de las personas.
Una segunda mala noticia se encuentra en la disminución de la tasa de denuncia. De un 58,6% el año 2021 se pasó a un 52,4%, es decir, una baja en más de seis puntos porcentuales. Nuevamente se trata de un dato muy consistente con la ENUSC que da cuenta de una baja consistente en el tiempo en esta materia, llegado un 32,6% en la última entrega. Esta baja representa un problema grave ya que en delitos como los robos la evidencia muestra que si las víctimas o personas cercanas a ellas no los denuncian, las probabilidades del sistema de poder detectar la ocurrencia de los robos y luego investigarlos y sancionarlos es casi nula. En definitiva, se trata de un factor que en el tiempo puedo aumentar la brecha de impunidad en este tipo de delitos. Me parece que se trata de un tema en el que hay que trabajar de manera urgente para revertir la situación.
Finalmente, quisiera agregar un tema que no clasifico en las categorías de buena o mala noticia como los anteriores, sino más bien como un fenómeno interesante a seguir observando a futuro. Se trata de las percepciones de confianza y evaluaciones de desempeño de las autoridades, pero especialmente me detengo tratándose de Carabineros. El Índice muestra una mejora en los indicadores de confianza de un 41% a un 50% en el nivel de bastante o mucha confianza (consistente con otras encuestas como las del CEP y Espacio Público), de la nota asignada por su desempeño en seguridad pública de un 3,6 a un 4,2 y, finalmente, en el índice de desempeño policial en el que sube los niveles alto y medio y baja en el desempeño inferior. Con todo, a pesar de esta última mejora, lo que me parece preocupante es que igualmente un 55,4% de las personas, es decir, una mayoría importante, cuando se pronuncia sobre el desempeño de Carabineros al recibir su denuncia y expresar su satisfacción por la labor policial en su barrio expresen que este es bajo (un 25,9% medio y un 18,7% alto). Esto me parece que da una pista que hay todavía mucho espacio de mejora en la calidad del trabajo policial y, por lo mismo, pienso que debemos seguir observando.
El Índice entrega mucha información adicional a la que he brevemente referido y que recomiendo revisar. Me parece se trata de un gran aporte para tener una discusión sobre los temas de seguridad pública con mayor base en la evidencia que lo que estamos teniendo. También, nos entrega resultados que nos obligan a hacernos algunas preguntas y permiten identificar áreas en donde tenemos puntos ciegos en nuestro conocimiento.