Reacciones de todo tipo ha provocado la entrevista de la presidenta del Colegio Médico en el podcast «La Cosa Nostra», tras un año del inicio de la pandemia, donde utilizó expresiones coloquiales para referirse al modo en que el Gobierno ha gestionado la crisis, el rol que ha cumplido su institución, la actuación de algunas de las autoridades del Estado y las motivaciones que atribuye a cada una de estas.
Por un lado, algunos han sostenido que sus palabras contienen descalificaciones impropias contra las autoridades; otras que las formas son incorrectas, aunque las críticas son ciertas, y un columnista dominical —en una nueva evaluación psicoanalítica de personajes públicos— lo ha denominado una «forma de infantilismo», para concluir que esto comprometería su credibilidad.
Dicha entrevista ha abierto una discusión sobre cuáles deben ser las convenciones que se pueden utilizar por quienes intervienen en el debate público para transmitir sus mensajes, con indiferencia de si son autoridades. Hay quienes consideran que la informalidad destruye el mensaje porque los críticos —que abundan contra el Colegio Médico— seleccionan las palabras indebidas y sobre ellas formulan sus objeciones. Otros indican que ella sólo expresó con franqueza, y en un lenguaje propio de la informalidad de la entrevista, la impotencia que el personal de salud siente en la gestión de la pandemia, tras las sistemáticas advertencias que han realizado sobre los riesgos que implicaban determinadas decisiones.
Para juzgar las palabras de Izkia Siches, como sucedería cada vez que evaluamos un relato en el derecho, la literatura o nuestra propias vidas —la fábrica de historias, como escribió Jerome Bruner— el contexto lo es todo, especialmente si consideramos la deliberación bajo formas democráticas. Omitirlo es una deslealtad, porque parecieran que al elegir determinados dichos sus críticos deciden construir su narración alternativa.
La entrevista de Siches revela un año de disputas, frustraciones, desencuentros, pero también de convergencias con el Ejecutivo y sus autoridades para enfrentar la crisis sanitaria. Su mérito es precisamente la intensidad de ese proceso y para ello las expresiones utilizadas, algunas demasiado corrientes quizás, dan cuenta del ánimo que ha rodeado estos meses para todos aquellos que se han vinculado al centro de las decisiones.
En buena parte de su entrevista ella mantuvo la formalidad de los criterios sanitarios que ha utilizado hasta ahora, el lugar donde está su mayor fortaleza. Sus expresiones coloquiales no son más que eso y que cualquiera podría expresar en estos tiempos donde la incertidumbre nos abruma. Y es que como señalo Freud a veces «un puro, es simplemente un puro».
Publicado en La Tercera.