Recientemente Espacio Público e Ipsos publicaron el primer capítulo de los resultados de su encuesta 2018, que trata sobre la percepción de chilenos y chilenas en temas como migración e integración social.
Los principales resultados muestran que, en general, las personas están bastante dispuestas a que haya integración social en sus barrios yen establecimientos educacionales (81% y 85%, respectivamente). Sin embargo, no vemos la misma disposición respecto de los migrantes, donde un 43% de los encuestados señala que «la migración es dañina para el país porque aumentan los problemas sociales».
Cuando se pregunta por las preocupaciones frente a la migración, las principales respuestas son la seguridad ciudadana y la disponibilidad de empleos. Asimismo, la llegada de nuevas enfermedades también tiene alta mención entre los encuestados. Lo anterior no deja de ser preocupante, ya que no se basa en evidencia, sino más bien en discursos que han adoptado las autoridades que están haciendo mella en la ciudadanía. Por ejemplo: un muy bajo número de inmigrantes en nuestro país ha sido condenado por cometer delitos —y más bien se trataría de personas que entran y salen del territorio y no vienen a quedarse-; no hay tampoco cifras concluyentes de que hayan afectado el mercado laboral y menos aún que hayan nuevas enfermedades a raíz de la migración.
Sin embargo, vemos que políticamente da réditos instalar un discurso restrictivo con la inmigración, especialmente entre las personas más vulnerables de nuestro país: mujeres, personas de mayor edad y de niveles socioeconómicos más bajos. Lo anterior preocupa ya que se basa más que nada en prejuicios y no tiene como objetivo enfrentar un tema que probablemente irá en aumento, tal como ha sucedido en otros lugares del mundo. La inmigración no tiene por qué ser dañina si adoptamos las políticas públicas adecuadas para abordada. Criminalizarla o marginada sólo nos traerá más problemas sociales y de desigualdad que los que ya existen en nuestro país.