En estas elecciones debutaron los incentivos a la participación femenina en las instituciones de representación popular. La ley de cuotas establecía que ningún partido político podía inscribir candidatos de un género en una proporción mayor al 60% del total de sus candidaturas. Esto se cumplió al límite, pues el 60% de los candidatos a las elecciones parlamentarias fueron hombres, y dio cuenta del tremendo desafío que significa generar mayores espacios para las mujeres. La justeza con la que se alcanzaron las cuotas levantó sospechas sobre el mero cumplimiento formal de las cuotas, sin un compromiso genuino de las colectividades por inscribir candidaturas femeninas. Y esta sospecha tuvo concordancia con el acceso a recursos financieros con los que contaron las candidatas mujeres. Según un análisis realizado por la lupaelectoral.cl, a los candidatos hombres a la Cámara de Diputados los partidos políticos les dieron un 40% más de recursos que a las candidatas mujeres, y a los candidatos hombres al Senado un 66% más de recursos que a las candidatas mujeres.
Con todo, los resultados de la elección son alentadores. Chile se puso a nivel del promedio de representación de la mujer en los congresos latinoamericanos, alcanzando un 22,5% de mujeres en la Cámara de Diputados y un 23,2% en el Senado.
El trabajo para seguir fomentando la participación de la mujer en política avanzó en esta última elección, pero aún presenta desafíos importantes, que deben abordarse con el compromiso de los partidos por generar más espacios y otorgar mayor protagonismo a las mujeres.