¿Qué percepciones tenemos sobre tolerancia a la violencia, abuso y dignidad?
14 de April de 2020
¿Qué es dignidad? ¿A qué asociamos el concepto de desigualdad? ¿Creemos que somos una sociedad violenta? El centro de estudios Espacio Público junto a Ipsos dieron a conocer los resultados del primer capítulo de la Encuesta “Chilenas y chilenos hoy: Desafiando los prejuicios, complejizando la discusión” que por primera vez aborda los módulos “Tolerancia y violencia” y “Abuso y Dignidad”.
La encuesta de opinión pública se realizó de manera presencial -antes del período de cuarentena dictado por las autoridades producto del coronavirus- en hogares de los principales centros urbanos de Chile: Antofagasta, Valparaíso, Viña del Mar, Santiago, Concepción y Talcahuano.
Entre los principales resultados de esta primera entrega del estudio se observa que las chilenas y chilenos asocian mayoritariamente el concepto de “dignidad” con la dignidad en el trato por sobre aspectos de carácter económico, lo que implica un desafío para los liderazgos y funcionarios de servicios públicos y privados con los que las personas se relacionan cotidianamente.
La desigualdad, por su parte, se asocia a tres ideas. En primer lugar, a la tradicional definición sobre aspectos materiales y brechas salariales. En segundo lugar, a la igualdad de oportunidades y en tercero; a aspectos relacionados con el trato digno y la discriminación.
En relación a la violencia, la población, en general, considera principalmente como “muy violentas” ciertas situaciones de la relación de las personas con las instituciones -como el bajo monto de las pensiones, el alto precio de medicamentos o las deudas que se contraen para estudiar en la universidad– y los abusos e impunidad de la elite. Las acciones de protesta que se realizaron desde el 18 de octubre del año pasado en adelante son percibidas con relativa legitimidad entre las y los encuestados, principalmente entre los más jóvenes.
Dignidad y Abuso
Respecto a la dignidad, la principal idea con la que la población asocia el término es a “un trato humano hacia todas las personas” con un 27%; seguida de “un mínimo nivel de calidad de vida para vivir tranquilo/a” con un 22%; luego “el respeto hacia todas las personas independiente de su situación económica” con un 19% y “terminar con los abusos” alcanza un 14% de las preferencias.
La encuesta de Espacio Público e Ipsos también consultó sobre los principales motivos de los abusos denunciados y por qué estos se mantienen en el tiempo. Un 29% de los consultados señaló que la principal razón se debe a “un sistema judicial que no castiga los abusos como se debería”; un 25% cree que existe “un desarrollo económico y social demasiado desigual”, un 20% asegura que dada “la existencia de gente con demasiado poder”; un 16% por “falta de líderes políticos que tengan voluntad de enfrentarse a quienes cometen los abusos” y un 8% considera que los abusos se mantienen en el tiempo por “la falta de una ciudadanía organizada que combata los abusos”.
Sobre las principales medidas para combatir los abusos, el 39% indica que se necesitan “leyes más duras con condenas ejemplares”; el 27% “una ciudadanía más educada sobre sus derechos” y el 19% “líderes políticos más comprometidos con combatir a los poderosos”.
Tolerancia y Violencia
Ante la pregunta ¿Cree que los chilenos somos una sociedad violenta? Un 65% asegura que sí y un 33% que no.
Respecto de la violencia y su relación con las manifestaciones vividas desde el 18 de octubre, el 60% de las encuestados considera que la violencia es negativa para el movimiento ya que desvía la atención de las legítimas demandas sociales. La muestra se divide en las afirmaciones que señalan, por ejemplo, que “es válido que la ciudadanía haga barricadas para expresar sus demandas”, y que “todo proceso de cambio requiere algún grado de violencia”.
Por otra parte, mayores niveles de adhesión alcanza el desacuerdo con las afirmaciones “La quema de infraestructura pública, como el metro, es necesaria para llamar la atención de las autoridades”, “Los saqueos son necesarios para llamar la atención de las autoridades” y “La quema de algunos edificios es necesaria para llamar la atención de las autoridades”. Para las tres afirmaciones el nivel de acuerdo alcanza alrededor de un 20%.
Es posible observar diferencias en el grado de adhesión a estas frases de acuerdo con variables sociodemográficas. En primer lugar, el grado de acuerdo con que “la violencia es negativa para el movimiento ya que desvía la atención de las legítimas demandas sociales” es significativamente mayor en quienes se identifican con la derecha en comparación con quienes se identifican con la izquierda política. En este último grupo, el acuerdo con la frase alcanza un 51%, mientras que en la derecha alcanza un 68%. Las diferencias entre quienes se identifican con la izquierda y quienes lo hacen con la derecha son importantes en todas las frases testeadas, teniendo la izquierda un mayor grado de tolerancia hacia formas de manifestación que utiliza el desorden público como instrumento para lograr notoriedad. El 63% de quienes se identifican con la izquierda considera que todo proceso de cambio requiere algún grado de violencia, mientras en la derecha el acuerdo con esta afirmación es de un 39%.
También es posible observar una brecha generacional. El 70% de la población de entre 18 y 29 años está de acuerdo o muy de acuerdo con que “Es válido que la ciudadanía haga barricadas para expresar sus demandas”, mientras que en el segmento de mayores de 60 años esta cifra alcanza un 34%. Es posible observar también que cerca de un tercio de los jóvenes tiene una posición más radicalizada que considera que saqueos y la quema de edificios e infraestructura es necesario para llamar la atención de las autoridades.
Para Diego Pardow, Presidente Ejecutivo de Espacio Público, “estas diferencias generacionales confirman una tendencia observada en la encuesta sobre las movilizaciones realizada a finales del año pasado. Cuanto más jóvenes son los encuestados, mayor justificación encuentran para la violencia física como un mecanismo legítimo de protesta política. Estas diferencias generacionales, además, parecieran seguir un crecimiento lineal. No se trata de que el grupo de encuestados más jóvenes (v.g. “millenial”) sea significativamente diferente a todos los demás, sino que las diferencias en la percepción de la violencia física como mecanismo de protesta pareciera acumularse a medida que la edad de los encuestados aumenta. Finalmente, también resulta interesante que estas diferencias desaparezcan a la hora de valorar la violencia institucional, donde los distintos rangos etario parecieran estar de acuerdo”.
Por su parte, Miguel Pinto, subgerente del área de Estudios Públicos de Ipsos, señala que “La justificación de la violencia que se observa en el estudio, es el producto más radical de la desconfianza en la resolución de los conflictos por la vía democrática y eso nos debe preocupar a todos”.
El estudio se realizó por medio de la aplicación de encuestas presenciales en hogares, con muestreo probabilístico tri-etápico. Se realizaron hasta tres contactos por hogar antes de dar por descartada la vivienda. El grupo objetivo fue población mayor a 18 años de los principales centros urbanos de Chile: Antofagasta, Valparaíso, Viña del Mar, Concepción, Talcahuano y Gran Santiago. El trabajo de campo se realizó entre el 10 de enero al 12 de febrero del 2020. De esta forma, la muestra quedó compuesta por 367 personas de Santiago, 138 de Antofagasta, 250 de Viña del Mar y Valparaíso, y 247 personas de Concepción y Talcahuano. En total, 1.002 casos de los cuales el 2,6% corresponde a extranjeros.
DESCARGA AQUÍ LOS RESULTADOS DE LA ENCUESTA CHILENAS Y CHILENOS HOY: DESAFIANDO LOS PREJUICIOS, COMPLEJIZANDO LA DISCUSIÓN