El 18 de octubre de 2019 ser\u00e1 grabado como el d\u00eda que se gener\u00f3 el \u00abestallido social\u00bb en Chile. Reconocido como uno de los momentos claves de la democracia chilena de las \u00faltimas cuatro d\u00e9cadas que muestra un profundo descontento ciudadano por una elitizaci\u00f3n de la pol\u00edtica, amplios niveles de percepci\u00f3n de precariedad y maltrato, y una profunda desigualdad social. <\/p>\n
Desafortunadamente, la movilizaci\u00f3n social no ha estado exenta de violencia en las calles. Incendios, barricadas y diversos enfrentamientos con la polic\u00eda han marcado los 50 d\u00edas de protestas en diversas ciudades del pa\u00eds. En este contexto, m\u00faltiples denuncias de uso excesivo de violencia por parte de Carabineros de Chile as\u00ed como de violaci\u00f3n de Derechos Humanos. Informes del Instituto Nacional de Derechos Humanos y de Human Rights Watch as\u00ed lo enfatizan, con m\u00faltiples evidencias que incluyen detenciones arbitrarias, uso desmedido de armas no letales y violencia sexual. <\/p>\n
Esta coyuntura ha permitido mostrar la situaci\u00f3n cr\u00edtica que enfrenta Carabineros de Chile , la polic\u00eda preventiva, expresada en tres dimensiones: 1) Crisis de rendimiento : referida a la falta de capacidad profesional para cumplir eficazmente sus funciones de prevenci\u00f3n, investigaci\u00f3n de los delitos y control del orden p\u00fablico; 2) Crisis de control : referencia a su excesiva autonom\u00eda (f\u00e1ctica) y escasa rendici\u00f3n de cuentas en materia de gesti\u00f3n operativa, financiera y desarrollo institucional; y 3) Crisis de legitimidad : referencia a la p\u00e9rdida de credibilidad y confianza en amplios sectores de la poblaci\u00f3n. <\/p>\n
Estas crisis le han impedido a la instituci\u00f3n cumplir satisfactoriamente con sus principales funciones constitucionales y legales, incluidas la prevenci\u00f3n e investigaci\u00f3n de delitos y el control del orden p\u00fablico. Lo ocurrido las \u00faltimas semanas ha hecho m\u00e1s evidente la presencia de m\u00faltiples problemas que han generado esta crisis y que por d\u00e9cadas se mantuvieron invisibles debido al control civil sobre las instituciones policiales y los altos niveles de confianza ciudadana. <\/p>\n
La magnitud de la crisis que afecta a Carabineros de Chile hace dif\u00edcil que pueda ser superada en un plazo breve con algunos proyectos de reforma legal espec\u00edficos, como los que actualmente se transmiten en el Congreso Nacional. Se necesita reformas profundas, incluso algunas referencias a aspectos estructurales de su configuraci\u00f3n institucional actual que no han estado en la mesa de discusi\u00f3n. Por ejemplo, su car\u00e1cter militarizado, la existencia de dos escalafones tan diferenciados como los actuales, sus niveles de centralizaci\u00f3n, entre otros. <\/p>\n
Este debate se debiera hacer sin prejuicios ni temas vedados y estar abierto a pensar en soluciones que pueden pasar por la configuraci\u00f3n de nuevas organizaciones policiales con funciones m\u00e1s acotadas que las que en la actualidad tiene Carabineros. M\u00e1s all\u00e1 de esto, es dif\u00edcil que se pueda avanzar en una nueva institucionalidad policial eficaz y socialmente leg\u00edtima, sin abrir un debate y contar con un nuevo consenso respecto al horizonte normativo del tipo de organizaci\u00f3n policial que esperamos consolidar a mediano y largo plazo. <\/p>\n
Dicha orientaci\u00f3n debe avanzar a lo que la literatura identifica como un modelo de polic\u00eda democr\u00e1tica. Las pol\u00edticas democr\u00e1ticas tienen por resguardar el bien com\u00fan, garantizando, contra toda otra fuerza, los derechos de las personas. Con tal prop\u00f3sito, la polic\u00eda es el \u00fanico organismo habilitado para detectar el monopolio leg\u00edtimo de la fuerza, y cuyo ejercicio se relaciona con la autoridad civil del Estado, actuando en su nombre. El desaf\u00edo central de toda la polic\u00eda democr\u00e1tica es la prestaci\u00f3n de un servicio de manera justa y efectiva ante el delito, generando legitimidad social y apegada a la legalidad, contribuyendo con ello a la cohesi\u00f3n social. Esto supone una visi\u00f3n muy diferente a la que actualmente pareciera orientar el trabajo de Carabineros y, como indicamos, supondr\u00eda pensar de una manera muy diversa su configuraci\u00f3n institucional actual. Una orientaci\u00f3n de esta naturaleza debe luego traducirse en el desarrollo de modelos policiales m\u00e1s espec\u00edficos.<\/p>\n
Una reforma de esta naturaleza supone ser enfrentada como una tarea de Estado, con amplios niveles de consenso entre distintos sectores y liderazgo pol\u00edtico sostenido en el tiempo. Tambi\u00e9n requiere ser llevado con y no contra las pol\u00edticas, lo que significa que se debe obtener el compromiso de la propia instituci\u00f3n e identificar l\u00edderes espec\u00edficos para participar de este proceso, para ello la autoridad pol\u00edtica debe establecer y utilizar los incentivos que promuevan una participaci\u00f3n institucional leal y comprometida con el proceso de cambio. <\/p>\n
En un informe reciente publicado por Espacio P\u00fablico incluye medidas de corto, mediano y largo plazo que el gobierno debe asumir para poder enfrentar las tres dimensiones cr\u00edticas del accionar policial. Los desaf\u00edos que enfrenta Chile son enormes y tiernos una reconstrucci\u00f3n de un modelo de desarrollo distinto que ser\u00e1 debatido a profundidad los pr\u00f3ximos 24 meses. M\u00e1s all\u00e1 de las divergencias, la reforma policial es un ingrediente espec\u00edficamente para garantizar la legitimidad del proceso, la profundizaci\u00f3n de los cambios y la calidad de la democracia.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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