El acuerdo suscrito por pr\u00e1cticamente todas las fuerzas pol\u00edticas para iniciar el proceso constituyente, en el edificio del Congreso Nacional que recuerda su \u00e9poca republicana, representa el triunfo de la pol\u00edtica, de aquella que entiende que es posible construir lo colectivo a pesar de nuestras diferencias. Aunque las razones tras este acuerdo son m\u00faltiples, en momentos en que la aprobaci\u00f3n de las instituciones estaba en sus niveles m\u00e1s bajos, los pol\u00edticos -los mismos que se han denostado a s\u00ed mismos- fueron capaces de acordar, luego de arduas negociaciones, un mecanismo para poder salir de la crisis, garantizando que el nuevo texto constitucional sea resultado de un procedimiento participativo, amplio y deliberativo, como nunca lo hemos tenido en nuestra historia.<\/p>\n
La pol\u00edtica se construye de s\u00edmbolos. El mismo d\u00eda en que se cumpl\u00eda un a\u00f1o de la muerte de Camilo Catrillanca, una verg\u00fcenza para el sistema institucional por el modo en que se produjeron los hechos y la forma en que fue tratada su muerte, una cr\u00f3nica de la indolencia y discriminaci\u00f3n de estos a\u00f1os, fue posible un acuerdo para tratar de construir un genuino pacto social. Garc\u00eda M\u00e1rquez, cuando recibi\u00f3 el premio Nobel en 1982, afirm\u00f3 que esta era nuestra misi\u00f3n: construir \u2018una nueva y arrasadora utop\u00eda de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien a\u00f1os de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra\u2019. Eso significa el acuerdo del viernes en la madrugada, el s\u00edmbolo de que es posible tener una nueva oportunidad, pero especialmente para los excluidos, los marginados y para todos aquellos a quienes les debemos una vida digna.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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