La discusi\u00f3n respecto a la legitimidad del sistema de pensiones ha permanecido durante mucho tiempo en un segundo plano. Los t\u00e9cnicos, y en particular los defensores del actual esquema, sugieren que lo \u00fanico relevante es aumentar las pensiones, que el resto es ideolog\u00eda y que el desprestigio del sistema radica \u00fanicamente en la desinformaci\u00f3n de la ciudadan\u00eda.<\/p>\n
Una entrevista dada por el Gerente General de una AFP en abril del presente a\u00f1o ilustra esta tendencia. En ella, se\u00f1al\u00f3 que \u201cla legitimidad del sistema de AFP tiene que ver con que las pensiones sean buenas\u201d y, al ser consultado por qu\u00e9 cree que predomina la idea de \u201cni un peso m\u00e1s a las AFP\u201d, contest\u00f3 \u201cporque se ha ideologizado el debate y porque hay mucho desconocimiento. Eso permite que se instalen verdades a medias o se digan mentiras directas para atacar a las AFP\u201d. Un par de meses despu\u00e9s, el Gerente General de otra AFP plante\u00f3 que las administradoras podr\u00edan haber hecho m\u00e1s, \u201cexplicando el sistema y cu\u00e1les son las responsabilidades que tienen las AFP y las personas en el sistema (\u2026). Para cualquier persona informada, las bajas pensiones no son responsabilidad de las AFP\u201d.<\/p>\n
As\u00ed, para quienes defienden el actual sistema, m\u00e1s que un problema de legitimidad, se trata de un asunto ideol\u00f3gico que debiese ser superado en el debate a trav\u00e9s de m\u00e1s informaci\u00f3n.<\/p>\n
Esta premisa no sirve para avanzar en la urgente tarea de reformar nuestro sistema de pensiones. Cualquier instituci\u00f3n requiere de legitimidad para su buen funcionamiento y el sistema de pensiones no es una excepci\u00f3n. La legitimidad de las instituciones tiene tambi\u00e9n importantes implicancias pr\u00e1cticas. En cualquier sistema ileg\u00edtimo, sus usuarios contribuyen menos a su funcionamiento. En pensiones, existe menos voluntad de ahorrar (cuando esto es una posibilidad) y los trabajadores independientes sienten un menor compromiso por integrarse al sistema. Se dificulta, adem\u00e1s, la posibilidad de realizar ajustes necesarios porque corregir un sistema ileg\u00edtimo es interpretado como una profundizaci\u00f3n del abuso.<\/p>\n
Todo lo anterior cobra a\u00fan m\u00e1s relevancia cuando consideramos que los sistemas de pensiones necesariamente deben plantearse con una mirada de largo plazo. Un sistema ileg\u00edtimo no sobrevive 40 a\u00f1os sin crisis que pongan en jaque sus objetivos. As\u00ed, que el sistema goce de legitimidad es de primera importancia, no solo por razones democr\u00e1ticas, sino que tambi\u00e9n para asegurar el cumplimiento de sus prop\u00f3sitos.<\/p>\n
\u00bfCu\u00e1l es la base de la falta de legitimidad del sistema actual de pensiones? Se\u00f1alar la desinformaci\u00f3n es una respuesta f\u00e1cil pero errada. Las multitudinarias movilizaciones que hemos visto en los \u00faltimos a\u00f1os han dado a entender que el problema va m\u00e1s all\u00e1 del monto de las pensiones. Como muestra un documento publicado por Espacio P\u00fablico, existe una demanda por mayores pensiones, pero tambi\u00e9n por mayor solidaridad, seguridad social y protagonismo del Estado. Adem\u00e1s, hay una sensaci\u00f3n de enga\u00f1o producto de la promesa incumplida realizada al momento de su implementaci\u00f3n, as\u00ed como tambi\u00e9n problemas por su origen dictatorial. Esto complementa una sensaci\u00f3n de abuso por parte de las AFP, y una demanda por mayor participaci\u00f3n en la administraci\u00f3n de los fondos. El asunto es m\u00e1s complejo de lo que parece.<\/p>\n
La legitimidad merece atenci\u00f3n en la discusi\u00f3n de la reforma, pues su importancia es tanto pol\u00edtica como t\u00e9cnica.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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