Iván Poduje y catástrofes en el norte y regiones costeras: “No existe visión a largo plazo en la construcción de infraestructura pública”
11 de agosto de 2015
La falta de infraestructura adecuada, que contenga los efectos de la lluvia y marejadas, ha quedado de manifiesto con los últimos eventos meteorológicos que se han registrado en el norte y centro del país. A la hora de asignar responsabilidades, Iván Poduje, urbanista y director de Espacio Público, apunta al Estado, asegurando que las obras necesarias no han sido prioridad para los últimos gobiernos, dejando vulnerables a muchas localidades.
«Este tema perdió prioridad, lo cual coincidió con los gobiernos cortos, que han sido fatales en todo sentido en materia de visión de largo plazo», afirmó el arquitecto y director de Atisba. “Las soluciones que requieren nuestras ciudades para evitar los daños, trascienden un período de gobierno de 4 años”, subrayó.
Explica que se debe recuperar el ritmo de construcción y ejecución que vimos en los años 90 y a principios de los 2000, “ya que son muchos los asentamientos que están expuestos a desastres naturales”. Además, destaca que el hecho de que “los planes maestros están hechos y que, en varios casos, existen proyectos diseñados”, a partir de lo cual hace un llamado: “es hora de concretarlos”.
Tocopilla y la costa
En relación a las últimas lluvias, si bien reconoce que la situación no es tan crítica en Santiago- que sorteó este fenómeno climático mejor que en años anteriores-, subraya que “la situación es más grave en el Gran Valparaíso y en el norte de nuestro país”.
En el caso específico de Tocopilla, Poduje señala que se requieren dos acciones. “La primera, y más urgente, es construir obras de control aluvional en las quebradas de mayor riesgo, que complementen las obras existentes y que ayudaron bastante a mitigar el desastre”. Lo segundo es “actualizar el plan regulador comunal y revisar los riesgos de los asentamientos existentes, asegurando que el crecimiento futuro de la ciudad no se produzca hacia zonas inseguras.
El arquitecto reconoce que los daños en la costa, por las fuertes marejadas, son “más difíciles de mitigar, especialmente en ciudades cuyos borde están muy consolidados con edificios en primera línea”. Eso sí, indica que se necesitan “buenos sistemas de alerta y evacuación, como ocurre con los tsunamis, y un programa gradual de traslado de equipamientos críticos, como hospitales o grandes recintos educacionales, hacia zonas seguras”.
Por otra parte, explica que “en los esteros o rios que desembocan en el mar de ciudades costeras, se requieren molos de abrigo que eviten que las marejadas ingresen y se enfrenten a caudales muy grandes de aguas lluvias, generando desbordes al interior de las ciudades”. También considera que deben revisarse los refuerzos de bordes costeros, “en caso que no tengan infraestructura adecuada”.