La formación de habilidades a temprana edad es clave para potenciar el desempeño laboral de los jóvenes
28 de noviembre de 2016
El desarrollo de habilidades de los jóvenes chilenos está, en promedio, por encima de sus pares latinoamericanos, tal como lo revelan los resultados en las pruebas estandarizadas de conocimientos, como PISA y TERCE. Sin embargo, las diferencias de desempeño en estas pruebas respecto a países de la OCDE son todavía muy grandes. Las bajas habilidades traen como consecuencia que muchos jóvenes no estudien ni trabajen, de acuerdo con el Reporte de Economía y Desarrollo (RED) 2016 “Más habilidades para el trabajo y la vida: los aportes de la familia, la escuela, el entorno y el mundo laboral”, que presentó Espacio Público y CAF –Banco de Desarrollo de América Latina- en el Café Literario Balmaceda de Providencia.
Un rasgo característico del fenómeno NiNi es la mayor incidencia entre las mujeres, que representan aproximadamente 70% de los casos, y una alta proporción de ellas ya son madres. Además, 3 de cada 4 jóvenes NiNi ni siquiera buscan trabajo, es decir, no son activos. Uno de los desafíos más importantes para la política pública es lograr reubicar a estos jóvenes en la escuela o promover su participación en el mercado laboral, según concluye el estudio.
Datos de la Encuesta CAF 2015, realizada en 10 ciudades de América Latina, muestran que los jóvenes que no estudian ni trabajan tienen rezagos importantes respecto a los que sí lo hacen en el desarrollo de habilidades cognitivas, socioemocionales y físicas. Si bien el fenómeno NiNi se presenta en todos los niveles socioeconómicos, afecta más a los jóvenes del quintil más pobre (33%) que a los del más rico (8%).
Aunque los niños y jóvenes de los grupos más vulnerables están siendo incorporados cada vez más al sistema educativo, esto parece no ser suficiente para cerrar las brechas que aparecen cuando transitan de la escuela al mundo laboral. El RED 2016 destaca que las diferencias en la acumulación de capital humano en los niños y jóvenes de diferente nivel socioeconómico empiezan a observarse muy temprano en la vida, incluso antes de la entrada a la educación formal. Por ejemplo, según datos de la Encuesta Longitudinal de la Primera Infancia (ELPI), los niños chilenos entre 3 y 5 años del quintil más pobre de los hogares tienen un rezago de 13 meses en el desarrollo verbal, respecto a los del quintil más rico.
Por otra parte, los jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 25 años que trabajan, hoy enfrentan grandes dificultades en su entrada al mundo laboral. El 24% de ellos tiene empleos informales, según datos del SEDLAC. De acuerdo con el RED 2016, los requerimientos de habilidades son más bajos en el sector informal que en el formal, y como las habilidades que no se usan se van deteriorando, es importante que los jóvenes tengan oportunidades de empleo formal al entrar al mundo del trabajo.
El reporte señala que tener más habilidades implica no solo contar con un trabajo de mejor calidad y ser más productivo, sino que también impacta en otras dimensiones de la vida, como contar con mejor estado de salud física y mental, participar más activamente en la vida cívica, completar más años de educación, sentir mayor satisfacción con la propia vida, entre otros aspectos del bienestar personal.
Por último, el RED 2016 destaca que además de la escuela, la familia, el entorno físico y social y el mundo laboral son ámbitos de crucial importancia en la acumulación de habilidades.
Reacciones
La presentación del informe estuvo a cargo de Dolores de la Mata, economista de CAF quien aseguró que “para fortalecer el desarrollo de habilidades tempranas es importante mejorar la calidad de la educación desde la primera infancia. Proveer ofertas educativas de alta calidad en esta etapa es fundamental, sobre todo para complementar los esfuerzos de las familias más vulnerables en la formación de habilidades de sus hijos y nivelar el terreno de partida, sentando las bases de la equidad”.
Tras la presentación, se abrió un panel de discusión conformado por Alejandra Mizala, Directora de Espacio Público y del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile (CIAE); Andrea Repetto, académica de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez y directora de Espacio Público; y Paula Bedregal, académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Católica.
“El entorno, entendido como el mundo físico y sicológico que nos rodea, explica casi el 50% de las variables del desarrollo de habilidades. Y por otra parte también se transmiten genéticamente, por lo que hay que estudiar el tema con una perspectiva transgeneracional”, planteó la doctora Bedregal.
Por su parte, la economista Alejandra Mizala destacó la importancia de profundizar en políticas que mejoren la calidad de la educación para potenciar el desarrollo de habilidades. “Hemos tenido logros significativos en materia de cobertura escolar, por lo que hoy en día la gran materia pendiente es mejorar la calidad de la educación, un tema complejo considerando que para ello se necesitan reformas profundas que trastocan intereses de particulares”.
En cuanto a la importancia del mundo laboral en el desarrollo de habilidades, la economista Andrea Repetto sostuvo que “tenemos que replantear la institucionalidad de las capacitaciones en Chile para que beneficien directamente a los trabajadores y se traduzcan en ganancia de habilidades, mejora en condiciones laborales y remuneraciones, lo que hoy no ocurre. La importancia de las capacitaciones es clave ya que es uno de los mecanismos más efectivos y rápidos para desarrollar habilidades”.
* Presentación PDF Dolores de la Mata