La Octava Encuesta Nacional de la Juventud reveló que 33% de los jóvenes entre 15 y 29 años está endeudado. Alarmados por estas cifras, el Sernac junto al Injuv, lanzaron una campaña de educación financiera para informar a los jóvenes acerca de los riesgos del endeudamiento. El problema, señala el Director del Injuv, es que los jóvenes de hoy no tienen mirada de futuro y viven en la inmediatez. Tienen, además, un acceso prácticamente ilimitado al crédito. La campaña, busca que los “jóvenes conozcan los riesgos e implicancias del uso de las tarjetas de crédito y eviten caer en el sobreendeudamiento”.
La educación financiera es a todas luces necesaria. Sin embargo, el desconocimiento es solo un aspecto del problema. Debemos preguntarnos por qué los jóvenes están consumiendo de la manera cómo lo están haciendo. La tesis de la inmediatez y la mirada de corto plazo no pareciera ser suficiente para explicar el fenómeno. Un estudio que analiza las prácticas de endeudamiento juvenil en tres generaciones distintas de jóvenes en Estados Unidos (los jóvenes de los 70, de los 80 y de los 2000[1]), demuestra que el endeudamiento es más bien una estrategia para sobrevivir en un contexto como el actual en el que los empleos son precarios, en que los ingresos de los empleos a los que acceden los jóvenes son bajos, y en que muchos jóvenes se encuentran desempleados.
Más aun, existe una importante correlación entre nivel socioeconómico y estructura del endeudamiento. Los jóvenes con posibilidades de acceder la educación superior, por su parte, realizan una importante inversión en matrícula y aranceles. Sin embargo, en caso de deserción o de asistir a una institución de baja reputación, esta inversión probablemente no tenga los retornos esperados en el mercado laboral, convirtiéndose en una deuda más. De hecho, el 70% de los jóvenes en Chile, señala Farfán, percibe a la educación como una carga económica o una deuda hacia el futuro. Por otra parte, los jóvenes que no acceden a la educación superior, encuentran trabajos en sectores de baja productividad cuyos ingresos, con frecuencia, nos les permiten solventar sus gastos, incurriendo en deudas con bancos o casas comerciales para solventar su estilo de vida.
En ninguno de estos casos puede entenderse el endeudamiento como consecuencia de la falta de visión de largo plazo de los “millenials”. Pareciera más bien resultado del contexto en el que a esta generación le tocó transitar desde la niñez a la edad adulta.
Celebramos iniciativas como la campaña para mejorar la educación financiera de los jóvenes. Sin embargo, el problema no empieza ni se agota ahí. El endeudamiento no tiene que ver con los atributos de la juventud actual, ni únicamente con la información que manejan, sino con las condiciones que como país le ofrecemos a nuestros jóvenes para integrarse a la sociedad. Es de esperarse que políticas como la gratuidad en la educación superior impacten los niveles de endeudamiento de la juventud. Sin embargo, mientras persistan las tasas de desempleo y subempleo juvenil actual, esta tendencia difícilmente podrá revertirse.
Espacio Público está liderando un estudio en ocho países de América Latina con foco en los jóvenes. Esta investigación busca identificar el efecto de factores tradicionales – tasas de crecimiento, de desempleo y niveles de productividad país- y no tradicionales -expectativas y aspiraciones de los jóvenes, habilidades cognitivas y no cognitivas, preferencias intertemporales- sobre sus trayectorias educativas y laborales. Los resultados de esta investigación servirán para conocer a esta generación, comprender sus comportamientos, y orientar el diseño de políticas públicas que respondan mejor a sus características y a las necesidades que emergen del contexto en el que viven.