Como Espacio Público valoramos que las nuevas autoridades del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) hayan incorporado algunas propuestas que hicimos para mejorar Transantiago y nos parece positivo el esfuerzo de la ministra Tapia por sacar la Línea 7, reforzando el rol de Metro como soporte del sistema.
Lamentablemente hay temas que no se han resuelto bien y que podrían comprometer el mejoramiento de Transantiago. El primero son las barreras de entrada para que ingresen nuevos y mejores operadores. Ejemplo de estas barreras es el hecho de que si bien los contenidos técnicos de las bases indican que el Estado «eventualmente» pondría a disposición terminales públicos, su número y ubicación no han sido precisados y queda muy poco tiempo para hacerlo.
En este diario se publicó que el MTT estaría evaluando la compra de solo 12 terminales, quedando 58 en manos de los mismos operadores actuales, que tendrán ventajas comparativas importantes para adjudicarse los nuevos contratos, además de su flota operativa, otra exigencia que podría limitar la competencia.
La segunda amenaza es que se insista en pagar por kilómetro recorrido y no solo por pasajero transportado. Como indicamos en nuestro informe, en Santiago esta fórmula ha sido un pésimo incentivo para captar pasajeros y reducir la evasión, dos temas críticos para explicar el enorme déficit del sistema.
Además, si el Estado aumenta la incidencia del pago por kilómetro en los ingresos de los concesionarios, existirán pocos incentivos para recoger pasajeros y mejorar la frecuencia y regularidad de los servicios, y es poco probable que el Estado pueda fiscalizar los 11.300 paraderos, para asegurar que los buses no sigan de largo.
Esperamos que la autoridad pueda corregir estos aspectos e incorporar otros, como reorientar los subsidios a la demanda en hogares de bajos ingresos y un plan integral y decidido para reducir la evasión, que hoy se empina por sobre el 30%, lo que es insostenible.