El plebiscito de salida, con voto obligatorio y 86% de participación, expresó un fuerte compromiso de la ciudadanía con la vía institucional. Esta fortaleza democrática no es menor y permite mantenerse optimista sobre la capacidad del país para enfrentar los profundos desafíos que persisten.
Por otra parte, el rechazo categórico de la propuesta, si bien terminó con una etapa, no debe llevarnos a la inmovilidad. La posibilidad de un acuerdo amplio para canalizar un nuevo proceso constituyente es una oportunidad. Los principales representantes del sistema político han expresado su voluntad al respecto, y los llamados transversales hacia la unidad y el diálogo por un nuevo pacto social han sumado confianza. En ese proceso también será importante mantener algunos acuerdos que se fueron construyendo, como el de un Estado social y la paridad, entre muchos otros.
Los retos y riesgos continúan siendo enormes y el cansancio de la ciudadanía frente a la incertidumbre debe ser escuchado y acogido. Esta etapa me recuerda las palabras de Simone Veil: «Los errores no se lamentan, se asumen. Del miedo no se huye, se supera. El amor no se grita, se demuestra». Aprovechar las oportunidades requiere de reflexiones profundas: asumir los errores, actuales y del pasado, y reconocer avances. A su vez, para abrirse a un diálogo amplio hay que superar temores; y, apelando al eje de una las campañas, el amor debe demostrarse con coherencia entre las palabras y las acciones que vendrán.
La votación del plebiscito de salida no es extrapolable a una futura propuesta. El apoyo ciudadano debe regenerarse. Una perspectiva de largo plazo ayudaría a ello. El camino de reconfigurar el pacto social que recorremos trasciende gobiernos: recuperar la capacidad de diálogo y la valoración de diferencias es clave para mantener la adhesión. En contraste, guiarse por mayorías circunstanciales solo mantendrá en movimiento el péndulo que nos tensiona. Entregar certezas también es fundamental. Avanzar en la agenda constitucional y, a la vez, en reformas indispensables en políticas públicas es la tarea por delante. Ámbitos como la seguridad pública, salud, pensiones y cuidados demandan prontas soluciones y, para ello, un pacto fiscal no se puede dilatar.
Dentro de Espacio Público hemos tenido pluralidad de miradas durante este proceso, que nos han permitido aprender mutuamente y enriquecer nuestro aporte. Hemos buscado aportar contenidos para un mejor debate y, con las encuestas, alertar sobre los sentimientos frente al proceso y los anhelos por acuerdos. Hacia adelante, seguiremos comprometidos con aportar a los desafíos del país y con impulsar los espacios de diálogo que los cambios requieren.