Pensar la pandemia desde un nuevo enfoque sobre la gestión de riesgos de desastres
18 de agosto de 2020
La crisis global derivada del COVID-19 ha desencadenado reflexiones y críticas profundas acerca de modelos de desarrollo, equidad, transparencia, democracia, participación y gobernanza, además de cuestionamientos a las limitadas capacidades políticas e institucionales que muchos países han mostrado para enfrentar la pandemia.
Un marco de análisis para lograr una mejor preparación y respuesta que ha tomado fuerza a medida que se alarga la crisis, es el de la Gestión del Riesgo de Desastres (GRD).
En las últimas décadas se ha alcanzado a nivel internacional un consenso clave al asumir, por fin, que los desastres no son naturales: estos solo se materializan cuando se conjugan las amenazas (naturales, biológicas o antrópicas) con la exposición y la vulnerabilidad social y física de comunidades, bienes, servicios e infraestructura. Este cambio de paradigma ha sido fundamental, pues permite poner el énfasis de la acción de la GRD en la exposición y la vulnerabilidad, dimensiones sobre las que se puede incidir de manera más efectiva a través de políticas públicas.
Al reconocer lo anterior, corresponde pensar nuevas formas de gobernanza del riesgo, las que deben considerar ámbitos mucho más amplios que la respuesta de emergencia y los seguros poscatástrofe, incluyendo, por ejemplo, la comunicación efectiva del riesgo, la resiliencia de las comunidades y de la infraestructura crítica, el uso estratégico del territorio y nuestra interacción con el medio ambiente. Así, la gobernanza del riesgo debe generar espacios de participación transversal con presencia activa de la ciencia y los actores locales, de manera de combatir prejuicios y trazar caminos para el desarrollo sostenible y la disminución de inequidades socioambientales.
Lamentablemente nos encontramos hoy frente a un desastre derivado de estrategias inadecuadas de control de la pandemia que han priorizado la gestión hospitalaria de enfermos en desmedro de los esfuerzos de trazabilidad y aislamiento, esenciales para cortar la cadena de contagios.
Por esto último, el esfuerzo de Cigiden y Espacio Público de generar un documento denominado “Pensar la pandemia desde un nuevo enfoque”, resulta relevante para el debate nacional por dos aspectos.
El primero, porque se presentan propuestas concretas que podrían contribuir a robustecer la gestión del riesgo de desastre, sobre todo pensando en la posibilidad de reestructurar el sistema de GRD en Chile de cara un abordaje sistémico de las distintas amenazas a las que seguiremos expuestos, incluyendo aquellas de origen biológico.
El segundo, porque las propuestas están abordadas en una dimensión operacionalmente realista, organizando como hoja de ruta propuestas inmediatas (que pueden complementar las que han sido implementadas hasta ahora) y de mediano plazo, que puedan enriquecer el debate político de cara a las modificaciones legales o constitucionales que se han venido discutiendo en estas materias hace algunos años.