EI día de ayer se lanzaron nuevos resultados de la encuesta Espacio Público-IPSOS con datos sobre democracia y movilidad social. Uno de los temas que se consulta es la posible reacción de las personas ante el conocimiento directo de casos de corrupción (uno leve, uno grave y uno relacionado al sector privado). Llama la atención que denunciar ante la justicia no sea la primera opción y sólo sea relevante ante casos de corrupción grave (un 30% lo haría), sino que en primer lugar las personas encararían directamente al responsable (67% en los casos más leves) o lo comentarían a su familia y amigos (34% en el caso de corrupción grave y 38% en el de corrupción en el sector privado).
Sin embargo, puede no extrañarnos lo anterior si vemos lo que ha ocurrido en ciertos casos de personas que han denunciado corrupción. Hace unas semanas, el capitán del Ejército Rafael Harvey señalaba cómo lo habría afectado en su posición en el Ejército —con condenas por sedición y una posible dada de baja- el haber realizado denuncias de corrupción y haber alentado a otros subalternos a realizado, a diferencia de lo que ha ocurrido con otras personas condenadas por delitos y que mantienen su remuneración y posición en la misma institución.
Asimismo, la OCDE en la última evaluación que hizo a nuestro país sobre nuestra normativa e institucionalidad para combatir la corrupción señaló que, de acuerdo a los estándares internacionales en materia de protección de denunciantes, estamos al debe y que la ley que los protege en el sector público es insuficiente —ni siquiera aplica al Ejército o Carabineros, instituciones altamente jerarquizadas y afectas a graves casos de corrupción-, la que además es inexistente en el sector privado.
Avanzar en esto es urgente, la corrupción es difícil de detectar y la información que puedan aportar personas que tienen conocimiento de estos hechos es esencial, pero no podemos exigirle a nadie que sea un héroe y sacrifique su trabajo o incluso ponga en riesgo su integridad personal y la de su familia para combatirla.