El pasado 7 de abril el gobierno presentó el plan ‘Chile Apoya: plan de recuperación inclusiva’. Esta es la continuación del ‘Paso a Paso: Chile se recupera’ y expresa las bases de la estrategia nacional ante el Covid-19: aminorar el alza de los costos de la vida, especialmente de los combustibles y, a la vez, impulsar los empleos y apoyar a los sectores más rezagados.
En materia de inclusión apunta a la niñez, la tercera edad, al rol de las —principalmente— cuidadoras familiares; mientras que desde el punto de vista del empleo se concentra en crear 500 mil nuevas plazas, con un énfasis en el empleo femenino y la agricultura familiar campesina. Es un programa con un costo total de 3.700 millones de dólares, que se mantiene dentro del presupuesto fiscal anual y asegura su sostenibilidad financiera.
Desde Espacio Público, como miembros de la Alianza Latinoamérica Sostenible, y teniendo en cuenta el llamado a la acción que hizo el Colectivo por una Reactivación Sostenible, hemos lanzado una serie de documentos con propuestas para una recuperación justa y resiliente. Allí, además de enfatizar la importancia de la inclusión social y el empleo decente, proponemos fortalecer la acción ambiental y la protección de los ecosistemas. En esta línea, destacamos dentro del plan Chile Apoya medidas como la restauración de bosques nativos y el fortalecimiento del carácter verde de los municipios.
Sin embargo, frente a la necesidad de mejorar la calidad de vida de la población más vulnerable y ante la urgente amenaza del cambio climático, las medidas de reactivación deben incorporar integralmente aspectos de sostenibilidad. Esto significa que mitigación, adaptación e integración ya no pueden ser consideradas como un ítem aparte dentro de la recuperación económica, sino que deben situarse estratégicamente en el centro de las acciones planificadas. Tanto este plan como el anterior carecen de este enfoque y desaprovechan una oportunidad estratégica.
Mientras esperamos la aprobación por el Congreso del Acuerdo de Escazú y la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, el plan Chile Apoya puede aportar impulsando los empleos verdes, la restauración de ecosistemas, las soluciones basadas en la naturaleza y los proyectos sostenibles, valiéndose de estas medidas para abordar algunos de los desafíos estructurales de nuestra sociedad, como la desigualdad y el cambio climático. Aún hay tiempo para dar este paso y transformar el proceso de reactivación en una oportunidad para impulsar una transición socio-ecológica justa.