Este jueves se reactivan las campañas electorales y hay un proceso constituyente que retomar. No es un secreto que reiniciamos este camino en un momento político complejo. Pero con todo, la Convención Constituyente sigue siendo nuestra principal certeza. Y como afirmó vehementemente Agustín Squella en un programa de radio este lunes, “no puede salir mal”. No deja de ser paradigmático que las seguridades o expectativas vengan de un espacio que para algunos abre las puertas de la incertidumbre nacional.
En Espacio Público hemos repetido hasta el cansancio que el proceso es tan importante como el resultado, y por ello estamos embarcados en diversos proyectos que contribuyan a ello; cuidar el proceso. Uno de estos esfuerzos es el proyecto “¿Cómo vemos el proceso constituyente?” del cual podemos extraer algunas alertas que nos permitan actuar con rapidez en las casi tres semanas que nos quedan para la elección de convencionales. Uno de ellos, es la certeza sanitaria de participar en las elecciones. En la encuesta que realizamos, una de las principales razones que motivaron a las personas a no votar en el plebiscito de octubre se encuentra el estar preocupado por la pandemia, motivo que se concentraba en personas entre 45 y 59 años y en niveles socioeconómicos más bajos. Además, hay que considerar que el plebiscito se llevó a cabo en un momento donde había mejores cifras de contagio, aunque lejos de empezar el plan de vacunación en el cual hoy estamos. Animar a las personas a vacunarse, aumentar el ritmo de vacunación, pero al mismo tiempo dar señales de no aflojar en todo aquello que sabemos nos protege, es una tarea comunicacional titánica, para un gobierno que no se ha caracterizado por tener esa fortaleza. Por lo mismo, es relevante que en esta labor queden atrás las mezquindades y distintos actores sociales se sumen a esta tarea. Hay que entusiasmar a las personas para que asistan a votar, pero sin relajar las medidas de cuidado o dar señales de una normalidad inexistente.
Por otro lado, un 12% señaló estar muy informado sobre el proceso constituyente, lo que es mayor en hombres y clase alta. Del mismo modo, un 80% de los encuestados señaló no tener definido su candidato para constituyente, y un 53% declaró no tener decidido por quién votará y tampoco conocer las candidaturas. Esto último no es tan alarmante si consideramos que lo común es que las personas definan su voto en los días previos a la elección, pero con la gran cantidad de candidaturas y de votos es una elección con complejidades particulares. Desde este jueves, y con la adversidad de hacer campaña en pandemia, todas las personas que desean llegar a la Convención tendrán que duplicar esfuerzos y ser aún más conscientes que esta campaña no es únicamente un desafío electoral. Cuando la pequeñez y el deseo de figuración reinan, requerimos candidaturas a la Convención que comprendan a cabalidad el peso de la decisión que tomaron.