En la encuesta de Espacio Público e IPSOS sobre varios temas de política pública, la salud aparece como la segunda mayor preocupación después de la delincuencia. Pese a que se ha instalado como un tema que preocupa a los chilenos, no estuvo entre las discusiones relevantes en la campaña presidencial. Tampoco se habla sobre la falta de transparencia en cómo se gestiona el sistema o se gastan los recursos. No obstante, según la encuesta, las personas desconfían de los administradores de los recursos en salud.
En particular, se preguntó: «¿Estaría dispuesto a pagar más impuestos para aportar más al sistema público de salud?». La respuesta fue clara: sólo un 28% respondió que estaría de acuerdo y el 72% dijo categóricamente que estaría en desacuerdo. A primera vista, la población no está dispuesta a pagar más por un sistema de salud público que no resuelve los temas relevantes. Si separamos la respuesta entre afiliados al sistema público y el privado, en el público un 27% está de acuerdo con pagar más impuestos, en el privado un 38%.
En otro ítem, se preguntó: «Estaría dispuesto a pagar más impuestos para mejorar el sistema público de salud, si supiera que el dinero va directamente a eso». Las respuestas son sorprendentes. Los afiliados al sistema de salud público estuvieron de acuerdo en un 65% y los del privado en un 70%. La única diferencia entre ambas preguntas es que en la segunda se asegura que los recursos extras serán gastados directamente en el sistema público. Esto nos da a entender que las personas están dispuestas a mejorar el sistema de salud mediante impuestos, pero no confían en los que los administran y tampoco creen que serán gastados en lo que se les promete. Los chilenos quieren certezas de que lo que se recaude será gastado en lo que se promete.
Incluso, en la pregunta «Estaría dispuesto a esperar más a que me atienda un médico, si sé que le darán prioridad a personas que tienen enfermedades de mayor gravedad», las respuestas van en la misma dirección: los afiliados al sistema público están de acuerdo en un 85% y los del sistema privado en un 86%.
Estos resultados nos dicen que las personas son capaces de ponerse en el lugar del otro y ser solidarias, pero necesitan políticas públicas a la altura, que sean transparentes, que puedan ser verificables, sin corrupción y que conversen con las necesidades básicas de la población. Esta es una materia pendiente, con poca discusión y relevancia para las candidaturas. Sea cual sea el gobierno que tengamos en el futuro, esperamos que se corrija y se transforme en el centro de una discusión profunda y que muestre de una vez por todas que la ciudadanía está dispuesta a colaborar, pero bajo la condición fundamental de transparencia y confianza.