Recientemente vivimos una elección presidencial que destacó por varios aspectos: una impecable organización de los locales de votación, una alta participación electoral —para los bajos estándares a los que estamos habituados— y un conteo rápido, transparente y confiable de los resultados. Sin embargo, no todo fue perfecto. Varios medios de comunicación, el Servicio Electoral, partidos políticos y ambos candidatos en disputa indicaron con preocupación la falta de transporte público en diversos sectores.

Lo anterior puso sobre el tapete una realidad conocida pero sobre la cual, lamentablemente, no ha habido la voluntad política suficiente para hacerse cargo: no todas las personas contamos con las mismas facilidades para votar y, por lo tanto, de realmente ejercer un derecho básico en una democracia.

Sea por no contar con transporte público o recursos para éste, por dificultades de movilización o desplazamiento, por estar trabajando lejos del lugar de votación, por tener personas a tu cuidado que no te permiten ir a votar, o por estar privado de libertad sin haber perdido tu derecho a voto, en la práctica hay miles de personas, en múltiples situaciones, que no están invitadas a la fiesta de la democracia.

Como sociedad civil organizada hemos realizado diversas propuestas en esta materia para contar con un voto más inclusivo y, de este modo, una democracia más inclusiva. Por ejemplo, mecanismos alternativos de votación y facilitar el voto dentro de recintos carcelarios, además de diversas medidas que fomentan la participación de otros grupos históricamente excluidos. Algunas de estas propuestas han sido recogidas por autoridades y se han discutido proyectos de ley; sin embargo, el Gobierno hasta el momento no las ha apoyado, lo que ha impedido que sean una realidad. En el mes de octubre se le solicitó a todas las candidaturas presidenciales sumarse a un compromiso para promover las iniciativas necesarias en esta materia y el hoy Presidente electo, Gabriel Boric, se hizo parte de este compromiso.

Esperamos que el nuevo Gobierno y el nuevo Congreso se hagan cargo y faciliten el ejercicio del derecho a sufragio de todas las personas, a través de mecanismos inclusivos y alternativos de votación, transporte gratuito y con cobertura suficiente para todos los usuarios. Ofrecemos soluciones concretas que son posibles de implementar. Un Ejecutivo con voluntad de hacerlo puede hacer realidad medidas que aumentarán la participación electoral en ventaja de los grupos más marginados. No es posible seguir concibiendo una democracia, y uno de sus derechos claves, solo para las personas más privilegiadas.