¿Qué percepciones tiene la sociedad chilena sobre violencia, abusos y dignidad? Espacio Público e Ipsos presentan resultados de su encuesta anual
3 de mayo de 2021
¿Cuáles son los principales problemas que afectan a las y los chilenos? ¿Somos una sociedad violenta? ¿Qué entendemos por dignidad y desigualdad? Estas son algunas de las preguntas que responde el primer capítulo de la encuesta de opinión pública “Chilenas y chilenos hoy: desafiando los prejuicios, complejizando la discusión”, realizada desde 2017 por Espacio Público junto a Ipsos, y que por segundo año consecutivo aborda los módulos de “Violencia y Abusos” y “Dignidad y Desigualdad”.
El sondeo se realizó de forma online a hombres y mujeres mayores de 18 años que residen en los principales centros urbanos de Chile: Antofagasta, Valparaíso, Viña del Mar, Santiago, Concepción y Talcahuano. De esta forma, la muestra quedó compuesta por 1.000 casos.
Entre los principales resultados de esta primera entrega del estudio se observa que para un 53% de las y los encuestados la delincuencia está entre los tres problemas que más le afectan, seguido por el desempleo y un servicio deficiente de salud, ambos con un 40%. Al comparar estos resultados con los de años anteriores, vemos que el 2019 fue un año excepcional, pues en la versión 2020 de la encuesta se presentan cifras similares a las registradas históricamente en materia de delincuencia y la deficiencia en los sistemas de salud.
Al consultar por los principales problemas que les afectarán en 10 años más, y comparándolo con la pregunta anterior, se advierte que el problema de las bajas pensiones sube desde un 22% a un 31%, siendo de especial preocupación para un 59% de las personas entre 61 y 75 años. Por otro lado, el problema de la contaminación ambiental y el cambio climático crece desde un 12% a un 20%, empujado principalmente por un 35% de jóvenes entre 18 y 29 años, y un 28% de personas del segmento ABC1.
Ante la afirmación “en los últimos cinco años han disminuido los abusos de las empresas a consumidores”, un 19% de las personas encuestadas señala estar de acuerdo y muy de acuerdo, en comparación con un 11% el año anterior.
En un momento en que la discusión pública se torna compleja, para Pía Mundaca, directora ejecutiva de Espacio Público, los resultados de la encuesta “vuelven a recordar aquellos desafíos apremiantes que tiene nuestra sociedad, muchos de los cuales se han mantenido durante años y siguen esperando, como las cifras lo evidencian. Además de reforzar aquellas urgencias que se han acrecentado producto de la pandemia, como es la importancia del desempleo”. Del mismo modo, agrega que ve con preocupación “cómo la disposición a la integración ha ido empeorando en comparación a las anteriores mediciones, lo que refleja una tarea de primer orden para mejorar nuestros niveles de cohesión social”.
Por su parte, Alejandra Ojeda, directora de Estudios Públicos de Ipsos, indica que “la crisis de salud ha significado distintos tipos de costos para las personas, siendo la caída de los ingresos en los hogares y el aumento del desempleo los dos más evidente en esta etapa, otros efectos están aún por dimensionarse. Observamos como el desempleo escala entre los principales problemas en el país, situándose al centro de las preocupaciones. Hay que entender que la importancia del desempleo no sólo se relaciona con la urgencia de ingresos para los hogares nacionales, sino que también es un tema clave en un contexto donde el debate en el país ha conceptualizado a la dignidad desde asegurar mínimos niveles de calidad de vida y desigualdad como brechas de ingresos.”
Violencia y abusos
Los chilenos y chilenas encuestados están, en general, en desacuerdo con que los saqueos, la quema de edificios y la quema de infraestructura pública son medios necesarios para llamar la atención de las autoridades (84%, 82% y 81% respectivamente). Sin embargo, un 36% considera que todo proceso de cambio requiere algún grado de violencia, y un 40% está de acuerdo con que es válido que la ciudadanía haga barricadas para expresar sus demandas.
En el análisis comparado, se observa una baja importante en el porcentaje de personas que cree que las siguientes acciones son muy violentas: las bajas pensiones (de 94% a 87%), el alto precio de los medicamentos (de 93% a 85%), la demora en atenciones de salud (de 91% a 85%), las colusiones entre empresarios para fijar precios (de 90% a 84%), las bajas penas a condenas de delitos cometidos por ejecutivos de empresas y políticos (de 92% a 83%) y endeudarse por años para estudiar en la universidad (de 89% a 82%).
Por otra parte, se muestra un aumento en el porcentaje que cree que las siguientes acciones son muy violentas: los saqueos (de 77% a 81%), cortar las calles con manifestaciones e impedir el tránsito (de 50% a 57%), las evasiones del metro (de 49% a 55%) y los piropos en la calle (de 48% a 53%).
Dignidad y desigualdad
Al consultar a las chilenas y chilenos sobre qué entienden por dignidad, un 25% asocia el término a “un mínimo nivel de calidad de vida para vivir con tranquilidad”, un 23% con “el respeto hacia las personas independiente de su condición económica”, un 19% con un “trato humano hacia todas las personas”, y un 10% con “terminar con los abusos”. Estos datos indican que no existen visiones predominantes en torno al concepto y que, incluso, el análisis por variables sociodemográficas no muestra que en determinados grupos predomine alguna visión de dignidad por sobre otras. Se trata, entonces, de un concepto que para la población implica muchas cosas, combinando el aspecto material con el relacional.
En contraposición, la desigualdad es vista en su acepción más clásica. Un 39% la asocia a “la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres”, un 18% vincula la desigualdad con “la discriminación hacia los pobres, migrantes, minorías sexuales u otras”, y un 18% con “la falta de oportunidades para los más pobres”.
REVISA AQUÍ LOS RESULTADOS