Estamos a menos de tres semanas de una elección histórica: por primera vez se elegirán de forma paritaria personas encargadas de redactar una nueva Constitución; se elegirán gobernadores regionales (que hasta hoy correspondían a autoridades designadas por el Presidente de la República); y será la primera a desarrollarse en dos días.
Esta elección tendrá complejidades operativas significativas: nos enfrentaremos a cuatro votos en cuatro urnas distintas que luego deberán resguardarse y computar. A lo anterior se suman numerosos candidatos por voto (incluso 78 en el distrito 10 y en la cédula de pueblos indígenas en que figurarán 39 titulares y 39 alternativos). Esto exigirá tomarse más tiempo al marcar sus preferencias. Por otro lado, habrá renovación de los vocales de mesa, por lo que posiblemente se desempeñen como vocales personas sin experiencia.
Todo esto, en el contexto de pandemia que enfrentamos plantea preocupación sobre si postergar o no la elección. Esta decisión corresponde al Congreso Nacional y requiere de una reforma constitucional, pero se trata de una decisión que debe ser adoptada como ultima ratio y con toda la evidencia técnica sobre la mesa. Desde luego deben considerarse las opiniones expertas desde la salud pública. Junto con ello, deben mirarse experiencias comparadas de elecciones exitosas en pandemia. Sobre esto, Espacio Público, Colmed y otras organizaciones levantaron información previo a la realización del plebiscito de octubre pasado.
Hay que recordar que nuestro país ya enfrentó una elección en pandemia. Por lo mismo, los órganos y electores tienen experiencia en el uso de medidas de seguridad sanitaria. También se debe considerar que cualquier postergación afectaría el calendario electoral para el resto del año (que contempla cuatro elecciones adicionales) y probablemente modificaría el periodo de las autoridades entrantes. Pero por sobre todo, debe tenerse en cuenta que hace pocos días se aprobó la ley para que la elección se lleve a cabo en dos días. En dicha ley se entregaron importantes atribuciones al Servel y, si bien se trata de una ley cuya aprobación pudo haberse efectuado de forma más anticipada y no a última hora como se hizo, en los hechos constituye un mecanismo que permitirá hacer frente a estas elecciones con mayor seguridad sanitaria. Además, el Servel ya anunció que amplió a 2.731 la cantidad de locales de votación para esta elección, cifra similar a la del plebiscito de octubre pasado, y publicó las instrucciones sobre sellado, custodia de urnas y horarios preferentes para algunos grupos de personas para ir a votar, entre otras cosas.
Es sabido que el riesgo de contagio puede desincentivar la participación, por lo que se requiere reforzar y dar amplia difusión a las medidas sanitarias que den tranquilidad a la población, así como también a las medidas de seguridad para la integridad de este proceso histórico que viviremos.
Publicada en La Tercera.