La sorpresa electoral de hoy (21/11/2021)
21 de noviembre de 2021
En su proyección para la primera vuelta presidencial de 2017, la encuesta Cadem dio 45% a Sebastián Piñera y 14% a Beatriz Sánchez. Estas proyecciones venían acompañadas de un margen de error de 2% para Piñera y 1% para Sánchez. Piñera obtuvo mucho menos que lo proyectado, Sánchez bastante más; los márgenes de error efectivos fueron cuatro y seis veces los informados.
Puede argumentarse que la encuesta Cadem, por ser telefónica y tener una tasa de respuesta de solo 13%, es propensa a cometer grandes errores. Que el margen de error que reporta no tiene validez porque se basa en supuestos que no se cumplen ni cercanamente; entre estos, que la mayoría de los encuestados responde cuando los contactan. Pero a la encuesta CEP, una encuesta presencial con tasa de respuesta cercana al 80% y considerada el estándar de las encuestas de opinión pública en aquel entonces, le fue aun peor.
Hay un problema de fondo con las encuestas en Chile. Son metodológicamente pobres y no permiten calcular un margen de error confiable. Tampoco transparentan eventuales conflictos de interés como trabajos que realizan las empresas encuestadoras para candidaturas o actores cercanos a estas.
Las proyecciones de la presidencial de hoy de diversas encuestas, conocidas justo antes de que entrara en vigor la prohibición de publicar estos sondeos, se resumen como sigue: Boric y Kast lideran con porcentajes en torno al 30%. Les siguen Provoste, Sichel y Parisi con porcentajes en torno al 10%. La diferencia entre Kast y Boric está dentro del margen de error, lo mismo pasa con las diferencias entre Provoste, Sichel y Parisi.
¿Cuál será el impacto de sucesos posteriores al trabajo de campo de estas encuestas sobre las preferencias electorales? Porque hay varios eventos que podrían reducir las votaciones de Kast y Boric y favorecer a Sichel y a Provoste.
Partamos por Kast y sus declaraciones en el encuentro con corresponsales extranjeros del 13 de noviembre y su mal desempeño en el debate dos días después. En el encuentro comparó favorablemente la dictadura de Pinochet con las de Nicaragua, Cuba y Venezuela, en una línea argumental que relativiza las violaciones de derechos humanos y resucita posiciones que parecían abandonadas por buena parte de la derecha, desviando la atención de los temas de seguridad y orden que favorecen su candidatura. Este error puede ser decisivo si pasa a segunda vuelta, pues necesitará muchos votos de quienes votaron No en el plebiscito de 1988 para ganar esa instancia. ¿Cuál será su impacto sobre la elección de hoy?
El mal desempeño de Kast en el debate del lunes también le puede restar votos. No tenía idea de conceptos básicos de economía (PIB tendencial), temas que suelen ser el fuerte de candidatos de derecha. Tampoco parecía conocer las propuestas de su propio programa y se enfrascó en intercambios inconducentes con una de las periodistas.
¿Retornarán a Sichel quienes lo abandonaron por Kast luego de que cometiera varios errores y comenzara a caer en las encuestas? Esa es una de las principales incógnitas que se despejan hoy en la noche.
También hubo malas noticias para Boric esta semana. El reportaje de Ciper sobre los gastos electorales de Karina Oliva puso en entredicho una de las principales promesas del proyecto político que lidera: dejar atrás las malas prácticas de la política tradicional. Porque pagar lo que probablemente sean sueldos abultados a asesores de campaña, que además presidían partidos de la coalición, y confesar en televisión que se emitieron boletas ideológicamente falsas se parece demasiado a la vieja política que se iba a reemplazar.
¿Benefician los problemas de Boric a la candidatura de Provoste? Probablemente, hoy sabremos cuánto.
Si los porcentajes de las encuestas son correctos, los eventos de la última semana tendrían que significar un trasvasije de votos de Kast a Sichel, y de Boric a Provoste, de más de un 10% para que los favoritos no estén en la papeleta del 19 de diciembre. Improbable, aunque no imposible. Pero si los porcentajes iniciales estaban equivocados, como fue el caso con la mayoría de las encuestas para la primera vuelta de la presidencial de 2017, es perfectamente posible.