¿Una oportunidad para una agenda robusta en seguridad?
12 de diciembre de 2023
Recientemente se dieron a conocer los resultados de la Enunsc 2022, los que mostraron, entre otras cosas, niveles de percepción de inseguridad históricos. Con el fin de analizar estos datos, junto con la información recopilada por distintos organismos del Estado y privados, en Espacio Público realizamos el Cuarto Informe de Seguridad Pública en el que actualizamos los datos presentados en nuestro primer informe de diciembre del año pasado.
El 2022 se observa un aumento de la victimización, aun cuando su promedio general está bajo el nivel del 2019, lo que en parte se puede vincular a la normalización del país post pandemia. Sin embargo, se aprecia un considerable cambio en la composición de delitos, destacando una fuerte disminución en hurto y aumentos importantes en robo de y desde vehículos, y robo con violencia. En cuanto a los homicidios, las cifras proyectadas para el 2023 muestran un preocupante aumento respecto al 2022, con una concentración en las regiones del norte del país. También, el aumento de este tipo de delitos con imputados desconocidos, haciendo uso de armas de fuego y cometidos en la vía pública, da indicios de una mayor organización en su comisión. Finalmente, si bien los secuestros siguen representando una baja cantidad de casos, en los últimos años hay un aumento preocupante que nos obliga a estar alerta de su avance y la necesidad de generar más conocimiento sobre su desarrollo. En general, las cifras de victimización y las proyecciones para el 2023 muestran una situación deteriorada en materia de seguridad respecto del año anterior.
A su vez, hay esfuerzos importantes en relación con la mayor disponibilidad de evidencia y a su uso para la adopción de políticas focalizadas que valen la pena reconocer. Así, en julio pasado, se dio a conocer el Primer Informe Nacional de Homicidios que logró unificar información de distintas agencias del Estado. Ésta permite hacer análisis de la situación actual e impulsar políticas basadas en evidencia. Por ejemplo, se ha anunciado la implementación en diez regiones del Equipo contra el Crimen Organizado y Homicidios (ECOH), que implica la creación de equipos multidisciplinarios de reacción temprana en casos de homicidios y secuestros vinculados al crimen organizado, representando un cambio de estrategia positivo para enfrentar este tipo de fenómenos delictuales.
La agenda de seguridad se encuentra en un momento importante y debiéramos ponderar adecuadamente los eventuales impactos de las medidas a implementar. Una agenda robusta debiera combinar elementos de corto y largo plazo con la suficiente flexibilidad y no descansar exclusivamente en reformas legales, sino hacer un esfuerzo por mejorar las capacidades institucionales en la investigación y sanción de delitos.