¿Y si de verdad fuéramos los ingleses de América Latina? Una mirada desde los controles de identidad
7 de junio de 2021
Dentro de la rica tradición nacional de saberes populares, dichos y refranes, uno que solía repetirse con frecuencia era que los chilenos somos los ingleses de Sudamérica o América Latina. Hoy se escucha menos que antes, pero solía ser una frase de uso muy extendido que se invocaba con frecuencia en conversaciones e incluso debates públicos.
El uso de esta expresión tenía distintas connotaciones. Por una parte, mostraba una faceta chovinista que daba cuenta de una autopercepción de cierta superioridad frente a nuestros vecinos, al ponernos en una posición que sería más avanzada que ellos. Pero, por otra, podía ser entendida también como una cuestión aspiracional, al mirar una potencia mundial como un parámetro de comparación deseable, un ideal al cual teníamos que intentar acercarnos.
Tomándome en serio esta segunda dimensión, me pareció interesante comparar nuestras actuales cifras disponibles en materia de controles de identidad con las que se conocen en Inglaterra y Gales. Lo que intento responder en esta columna es qué ocurriría si en esta materia efectivamente nos acercáramos a los estándares de funcionamiento de Inglaterra.
Partamos primero por señalar que el año 2020 nuevamente se produjo un crecimiento en el uso de los controles de identidad por parte de Carabineros en nuestro país. Así, el total de dicho período fue de 7.357.849 controles de identidad, representando un incremento de 36,5% respecto al año 2019 (5.390.241) y mostrando un crecimiento permanente desde las reformas introducidas el año 2016. De esos, un 95,98% fueron de los denominados controles preventivos (7.062.413) y un 4,01% del artículo 85 del Código Procesal Penal (CPP) (295.436). Recordemos que los controles preventivos no requieren ningún indicio para ser usados, a diferencia de los del art. 85 del CPP. Este incremento hace que nuestra tasa de controles por cada mil habitantes durante el año 2020 haya sido de 378. La tasa de controles que concluyeron con una detención en el mismo período fue de 2,25%, observándose una notable diferencia entre los controles preventivos, con solo 2%, y los controles del artículo 85 del CPP con 8,44%, es decir,
más de cuatro veces más eficaces para generar una detención.
Veamos qué pasa ahora en nuestro punto de comparación. Entre abril de 2019 y marzo de 2020 hubo 563.837 controles de identidad en Inglaterra y Gales (stop and search), llegando a una tasa de 11 por cada mil habitantes. Cabe señalar que esto consolida una tendencia a la baja que desde el año 2009 se viene produciendo en forma constante. Ahora bien, si tomamos la composición de los controles realizados, un 94% fueron de aquellos que requieren de algún indicio o sospecha, es decir, similares a los del art. 85 del CPP (reasonable ground, sección 1 de la Police and Criminal Evidence Act) y un 6%, en cambio, fueron ejecutados sin necesidad de la existencia de una sospecha (Sección 60 Criminal Justice Act), es decir, similares a nuestros controles preventivos. Finalmente, las cifras dan cuenta que la tasa de controles que concluyeron con una detención fue de alrededor de 16%.
Como se puede observar, se trata de diferencias muy notables que parecen dar cuenta de dos mundos opuestos. En Inglaterra y Gales realizan muchos menos controles que en nuestro país, su número ha ido a la baja en la última década en forma constante, se trata de controles en su gran mayoría basados en indicios (sospechas) y con una tasa de detención notablemente superior a la nuestra.
¿Cómo luciría Chile entonces si de verdad fuéramos los ingleses de América Latina?
Si tuviéramos una tasa de 11 controles por cada mil habitantes, hubiéramos hecho el año 2020 solo 214.041 controles, es decir, 2,9% de los que efectivamente realizamos. De ellos, 205.479 debieran haber sido del artículo 85 del CPP (96%) y 8.568 preventivos (4%). Las diferencias son siderales, como se podrá apreciar, especialmente considerando a los controles sin sospecha o indicio. Si tuviéramos la misma tasa de detención de los ingleses y quisiéramos mantener el número de detenidos a propósito de la realización de controles de identidad que obtuvimos el 2020 (162.212), hubiéramos requerido realizar solo 1.038.825 controles, es decir, un 14% de lo que efectivamente fueron realizados o 53,3 controles por cada mil habitantes, en vez de los 378 que tuvimos. Nuevamente, diferencias enormes.
Más allá de lo anecdótico, pienso que esta comparación entre nuestra realidad y la de un país que hemos visto como una referencia cultural nos debiera llevar a realizar reflexiones profundas acerca de cómo hemos regulado y usado estas facultades policiales en nuestro país. La verdad es que nuestras tasas de controles de identidad están completamente desbocadas, privilegiando la realización de controles de muy mala calidad, como son los preventivos, mostrando bajas tasas de efectividad y, lo peor, tensionando de manera significativa la vigencia de derechos fundamentales de millones de personas que anualmente son objeto de los mismos sin una justificación muy clara. Súmele a esto la enorme cantidad de recursos policiales destinados a realizar este tipo de actividades en un contexto de siempre escasos recursos disponibles, lo que al final del día muestra una cultura y priorización del trabajo policial que privilegia acciones de muy baja calidad. ¿No será la hora de tratar en serio de ser los ingleses de América Latina, al menos en este tema?