Esta semana se realizó un taller de participación ciudadana en el Congreso, para discutir -junto a más de 30 organizaciones de la sociedad civil que promueven temas relacionados con transparencia, infancia, educación, superación de la pobreza, etc. Un reglamento sobre esta materia. Según un estudio realizado por el PNUD sobre participación de la sociedad civil en el proceso legislativo, la percepción de las organizaciones que participan, es de que su nivel de influencia es medio bajo y esporádico, para opinar sobre un tema.
Por ello, el Congreso junto con diversas organizaciones de la sociedad civil, suscribimos un compromiso de realizar un plan de parlamento abierto para la transparencia, participación y rendición de cuentas en este. Ahí surgió la propuesta y la necesidad de regular de mejor modo la forma en la que las diversas organizaciones de la sociedad civil se relacionan con los parlamentarios y pueden contribuir a su trabajo. Hasta ahora, la regla general es que los parlamentarios convoquen a organizaciones que conocen o que les son cercanas. Para emparejar la cancha y permitir un mayor acceso de diversas organizaciones al Congreso, así como de que los parlamentarios puedan disponer de diversos puntos de opinión de interesados o afectados por un tema que discuten, se está trabajando en diversos mecanismos para garantizar esto: un registro donde las organizaciones se puedan inscribir para participar, herramientas de participación ciudadana virtual, transmisión de las sesiones, realización de estas en regiones, entre otras medidas.
A pesar del desprestigio que nuestro Congreso tiene, se trata de una institución esencial que cumple la labor de formar las leyes que nos rigen día a día en los más diversos temas, así como de representarnos políticamente. Por esto, se hace necesario que el trabajo y relación con organizaciones de base y que promueven políticas en diversas materias sea más fluido, abierto y de cara a la ciudadanía.