Señor Director:
En una columna del fin de semana, el economista e inversionista José Luis Daza argumenta que la cotización adicional de 6% tiene que ir en su totalidad a la cuenta individual debido al impacto financiero de la caída en las tasas de interés. En sus palabras, indica que sería “demencial” redistribuir parte del 6%, descalificando equivocadamente el debate técnico detrás de los últimos tres proyectos de reforma.
Es importante entender que el objetivo de aumentar el ahorro para las pensiones también se logra a través de ahorro colectivo, un mecanismo que complementa el ahorro individual y que permite compartir riesgos, cosa mucho más limitada a través de cuentas individuales. Lo anterior está directamente vinculado al objetivo central de los sistemas de pensiones: entregar seguridad económica de los ingresos en la vejez, invalidez y sobrevivencia. En efecto, cuando se trata de las pensiones, no solo importa su valor esperado, sino también la forma en que se distribuyen los riesgos. La solidaridad es mucho más que reparto; es sobre todo aseguramiento.
Un segundo tema es cómo aumentar las bajas pensiones actuales, materia que no se aborda en la columna. Al respecto, nos parece que no podemos seguir cargando todo el peso del sistema en la PGU como esquema de reparto permanente financiado con recursos fiscales. Por motivos demográficos, el costo de la PGU seguirá creciendo en el tiempo, haciendo cada vez más difícil su financiamiento por la vía fiscal. Un esquema colectivo permite introducir, con pragmatismo, un reparto contributivo acotado, transitorio y focalizado en quienes cotizaron.
Por último, la caída en las tasas de interés a la que se hace mención, algo muy conocido hace lustros en economía, si algo nos muestra, es que los sistemas de capitalización individual también enfrentan riesgos y desafíos importantes. Por lo mismo, si queremos un sistema resiliente, es bueno equilibrar y diversificar las fuentes de financiamiento de las pensiones.
En Chile no podemos seguir postergando una reforma de pensiones. Ello requiere apertura y mirada de largo plazo para avanzar a un sistema que sea sostenible social y financieramente y estable frente a los ciclos electorales.