SEÑOR DIRECTOR
La crisis hídrica en la zona central es dramática. No se requiere de más informes, reportajes en los medios, estudios científicos para constatarlo. Se han hecho mesas público-privadas, se han generado hojas de ruta y planes estratégicos. Las medidas y tecnologías que pueden ser activadas han sido identificadas y descritas en detalle en el contexto de la iniciativa Escenarios Hídricos. Por mientras se están muriendo los árboles en nuestros parques y espacios públicos, el ganado, los cultivos, el sustento de muchos que dependen del agua en forma crucial y para los que ya se acabó el recurso y el tiempo.
Dada la agudización segura del cambio climático, la situación solo empeorará. ¿Qué más tiene que pasar para que avancemos gestionando desde el Estado la inversión en la infraestructura necesaria, que se dirige a proteger, primero, a los más vulnerables, los pequeños productores y los bienes públicos? Estamos ante un problema que requiere soluciones políticas. El Estado debe recuperar su función pública, siendo gestor y garante del derecho humano al agua, asegurando fuentes y caudales ecológicos para ecosistemas y administrar el recurso a sectores productivos.