El fantasma del desalojo no es un plan útil para volver a crecer
23 de February de 2024
Un fantasma recorre Chile, el fantasma del desalojo. No se ve directamente, pero se lee entre líneas en los principales diarios y los whatsapp de algunos empresarios. Tengan cuidado, eso sí, porque este fantasma es mal consejero para remontar el crecimiento de tendencia. No es la primera vez que vemos a este fantasma en los comentarios económicos y políticos locales. A mediados de Bachelet 1, fallecido el capitán general y en una recesión global, se fue instalando el “desalojo”. Por su parte, a mediados de Bachelet 2, se le echó gran parte de la culpa de la desaceleración económica a la reforma tributaria de 2014. El fantasma era un Mentholatum argumentativo que explicaba todo. Ciertamente dicha reforma tributaria distaba de la perfección, pero es innegable que también el ciclo de inversión en cobre estaba menguando globalmente esos años. Y nos arrastró.
Paradójicamente, varios seducidos por el fantasma del desalojo después defendieron con los dientes a los gobiernos de la socialdemocracia, como una orgullosa parte de los “30 años”. Paradojas. En su encarnación de hoy, el fantasma empieza a echarle la culpa de todo a la autoridad de turno. Por cierto que el Gobierno tiene enormes desafíos. Enormes. Pero también hay que pensar que este período recesivo 2022-2023 fue avisado. Hacia fines de 2021, sin saber si el presidente sería Boric o JAK, el Banco Central proyectaba años complicados en lo macro.
Aclaremos que el fantasma del desalojo no es el sano proceso de turnarse para gobernar, si la ciudadanía quiere, entre partidos de distinto color político. Fantasma tampoco es criticar dura pero constructivamente al gobierno de turno. Mucho menos ofrecer alternativas de gestión.
Una cosa es el eslogan electoral, pero el peligro del fantasma del desalojo es cuando la hipótesis de trabajo es que “nosotros somos mejores que ellos”, y por eso vamos a gobernar mejor y vamos a acelerar el crecimiento cuando lleguemos al poder. La bolsa de comercio local se creyó dos veces ese cuento, saltando al inicio de los gobiernos de alternancia de la derecha, para después ir bajando expectativas iniciales, que no se fueron cumpliendo. Por su parte, el Frente Amplio también tuvo su propia versión del fantasma, claro que en temas no relacionados con el crecimiento.
Convengamos que Chile es un país de proyectos productivos largos y que toman tiempo en cons-truirse. Por ejemplo, inversión en cobre, fruta, bosques, obras públicas o reformas multianuales del Estado. Esos proyectos largos tienen desafíos importantes cuando los gobiernos son cortos y se pierde continuidad. No sé exactamente qué causa la desaceleración de la actividad económica en Chile, pero se ve un quiebre cerca de julio de 2012, corregido por estacionalidad y minería. Creo que para volver a crecer, el fantasma del desalojo no es tan útil.